Revista Argentina de Humanidades y Ciencias Sociales
ISSN 1669-1555
Volumen 12, nº 1 (2014)

Diseño de una tesis doctoral: del proyecto al informe final

por Ana María Bartolini

Facultad de Ciencias de la Gestión, Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER)
lastresana@arnet.com.ar

 
Resumen

En este artículo se presentan los “virajes” realizados sobre el diseño de una tesis doctoral en educación. Se considera que ellos son inherentes a un diseño cualitativo flexible.
Dicha tesis analiza comparativamente los factores de persistencia y de desgaste que graduados y no graduados asocian al proceso de educación doctoral y a su finalización.
La investigación se inscribe en un área de vacancia de la educación de posgrado. En especial, por el objeto de estudio, la perspectiva micro-social utilizada y la recuperación de las voces de graduados y no graduados de los programas.
Los ajustes realizados se vinculan con: las preguntas y objetivos; el contacto y ubicación de informantes; los cálculos estadísticos; la selección de doctorados; las técnicas de recolección de datos; el uso de un programa informático de datos cualitativos; el título del informe.
Se concluye que los cambios producidos durante la investigación son considerados propios del proceso y no como errores de los tesistas. Éstos necesitan del compromiso institucional sostenido de directores de programas y de tesis, responsables de talleres y pares. 

Palabras clave
Diseño cualitativo, flexibilidad, virajes, tesis doctoral.
 
 
Design of a doctoral thesis: from the project to the final report
Abstract

In this article are presented the “turns" made on the design of a doctoral thesis in education. It is considered that they are inherent in a flexible qualitative design.
This thesis examines comparatively the persistence and the decreasing interest factors that graduates and undergraduates associate to doctoral education process and its completion.
The investigation is based on a vacant area of graduate education. Especially because of:  the object of study, the micro - social perspective used and the recovery of the voices of undergraduate and graduate programs.
The adjustments made are related to: the questions and objectives, contact and location of informants’ statistical calculations, selection of doctorates, the data collection techniques, the use of qualitative data software, the title of the report.
We conclude that changes during the investigation are considered characteristic of the process and not theists errors. They need sustained institutional commitment of programs and thesis directors, workshop leaders and peers.

Keywords
Qualitative design, flexibility, turns, doctoral dissertation.
 
Para citar este artículo: Rev. Arg. Hum Cienc. Soc. 2014; 12(1). Disponible en internet:
http://www.sai.com.ar/metodologia/rahycs/rahycs_v12_n1_01.htm
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Introducción

Este artículo tiene por objetivo la descripción y análisis de los “virajes”[1] realizados al diseño inicial y final de una investigación doctoral y su fundamentación como inherentes al diseño cualitativo.

Se vincula con la tesis doctoral que analiza comparativamente los factores de persistencia y de desgaste que graduados y no graduados asocian al proceso de educación doctoral y a su finalización.

Se inscribe en un área de vacancia de la educación de posgrado debido al objeto, a la perspectiva micro-social, al diseño cualitativo y a la recuperación de las voces de los informantes que finalizaron y de los que abandonaron.

El encuadre teórico reúne diferentes aportes como una forma de reflejar la complejidad de dimensiones y de protagonistas operantes en los procesos doctorales. Dichos aportes se refieren a: las fuerzas de fragmentación e integración que condicionan el nexo entre investigación, enseñanza y aprendizaje (Clark, 1995; 1997); los modeladores disciplinares de las experiencias (Becher, 2001); el abandono y la persistencia doctoral (Tinto, 1989; 1993); las especificidades del género tesis y los mecanismos de producción grupal (Arnoux at al, 2004; 2009); y la trama de emociones, en especial, la soledad que caracteriza el proceso (Carotenutto, 2006; Hirigoyen, 2008; Sanutti, 2001).

El diseño cualitativo de la investigación comprendió una fase exploratoria en la que se aplicó a 122 sujetos[2] un cuestionario autoadministrado que contenía algunas preguntas abiertas focalizadas. Luego, prosiguió la etapa de indagación en profundidad mediante el empleo de entrevistas focalizadas a 34 de ellos [3].

El análisis de los datos permite la construcción de categorías que operan en torno a los factores de persistencia y de degaste vinculados con las dimensiones (individual, disciplinar, institucional y contextual) y los momentos y protagonistas del proceso doctoral, tal como son interpretadas en los relatos de los participantes.

Los hallazgos muestran que la formación en ciencias experimentales estuvo fuertemente vinculada con las tradiciones disciplinares, en especial, con el trabajo cotidiano en los equipos de investigación y de cátedra. En cambio, la formación en ciencias de la educación se centró alrededor de aspectos individuales tales como la formación anterior y la trayectoria académica.

Los doctorados de ciencias experimentales son una vía rápida para el entrenamiento de investigadores, y utilizan la fusión del equipo de investigación y de cátedra como la herramienta organizacional más relevante (Clark, 1997). No obstante, la estructura (fusión) resulta útil si anida a doctorandos y directores. En otros términos, es el contexto que posibilita contener y desenvolver las relaciones cercanas entre directores y dirigidos, pero no las asegura. En cambio, los programas de ciencias de la educación no fueron un camino rápido ni ofrecieron los dos agrupamientos para la formación, y aun así, los doctorandos finalizaron sus procesos porque encontraron otros modos de persistir.

Solo 7, de las 34 experiencias doctorales analizadas, fueron consideradas satisfactorias por los protagonistas. Sin embargo, la vivencia de satisfacción no está asociada directamente con la finalización, así como la experiencia de fracaso no siempre se vincula con el abandono.

Este artículo se estructura en cuatro apartados. Luego de esta introducción, se presentan las características inherentes del diseño cualitativo y su refuncionalización, el tercero describe los cambios, y el cuarto ofrece las conclusiones.


Características inherentes del diseño cualitativo

Las decisiones y acciones que el investigador asume durante el proceso de investigación trazan un recorrido, solo posible de reconstruir, una vez finalizado. En ese sentido, la indagación por medio de un diseño cualitativo solo permite anticipar algunos aspectos del camino a seguir, porque es epistemológica y prácticamente inviable la planificación exhaustiva de la metodología a emplear.

En la investigación realizada fue así porque la propuesta se elaboró cuando teníamos el acceso a solo uno de los programas doctorales, lo que significó un insuficiente contacto con el campo.

La lógica cualitativa de investigación implicó optar y usar un método abierto y flexible. El conocimiento se construyó a través de un proceso arduo y complejo compuesto de sucesivos y espiralados accesos al campo y de confrontación con los antecedentes, la teoría y los propios supuestos. Por ello, la recolección y el análisis de los datos permitieron el esclarecimiento, orientación y fundamentación de las decisiones tomadas “in situ”.

La flexibilidad y la apertura con que se encaró el proceso posibilitaron reconocer, identificar y distinguir los escenarios específicos donde los informantes privilegiados desarrollaban sus prácticas. De ese modo, primero se estableció el contacto con ellos y luego la puesta en relación que permitió la comunicación fluida. Según expresa Guber (2011) la flexibilidad del diseño obtiene su fundamento en que los actores son los privilegiados para la narración de los hechos vividos y del sentido atribuido. Este estatus de privilegio convierte al investigador en un sujeto cognoscente que atraviesa el camino del des-conocimiento al reconocimiento y que involucra dos aspectos importantes. En términos de Guber:

En primer lugar, el investigador parte de una ignorancia metodológica y se aproxima a la realidad que estudia para conocerla (…) el investigador construye su conocimiento a partir de una supuesta y premeditada ignorancia. Cuanto más conciente sea de que no sabe (o cuanto más ponga en cuestión sus certezas), más dispuesto estará a aprehender la realidad en términos que no sean los propios. En segundo lugar, el investigador se propone interpretar-describir una cultura para hacerla inteligible ante quienes no pertenecen a ella. (Guber, 2011:19)

El camino del des-conocimiento al conocimiento no es lineal como en los modelos tradicionales de diseño en los que existe un único orden óptimo para la realización de las tareas vinculadas con el estudio, como sostiene Maxwell (1996). El diseño de investigación está compuesto por: propósito, contexto conceptual, preguntas de investigación, métodos y validez. Si bien no son muy diferentes de los presentados por otros autores, lo que resulta innovador es la relación entre los componentes.

Ellos forman una totalidad integrada e interactuante en la que cada uno se encuentra estrechamente ligado a varios otros, en lugar de una ligazón que implica secuencialidad lineal o cíclica. En términos del autor: “Cualesquiera sean las ventajas que el modelo tradicional secuencial tenga para la investigación cuantitativa, no representa adecuadamente la lógica y proceso de la investigación cualitativa, en la cual cada componente del diseño puede necesitar ser reconsiderado o modificado en respuesta a nuevos desarrollos o a cambios en alguno de los otros componentes” (Maxwell, 1996:2).

El diseño de investigación cualitativa utilizado no se inició en un punto fijo ni pasó a través de una serie determinada de pasos. Antes bien, puso en evidencia la importancia de la interconexión e interacción a lo largo de los distintos dispositivos y momentos del diseño. Tuvo una estructura definida, pero interconectada y flexible; y fue más compatible con la descripción del diseño como disposición de elementos que maniobran el funcionamiento del estudio antes que como un plan preestablecido que lo dirigió a modo de una sucesión de pasos.

Entonces, operó como una estructura subyacente e interconectada de los componentes de la investigación en la cual cada uno de ellos tuvo implicancias sobre los otros. La interactividad y flexibilidad no eliminó la relevancia del diseño, antes bien, la reforzó.

El diseño flexible incluyó “virajes” hacia atrás y adelante entre sus distintos elementos, de esta manera, la búsqueda de los modos más convenientes de realizar el trabajo de investigación fue posible. Maxwell (1996) expresa:

Este viraje atrás y adelante es similar en ciertos modos al círculo hermenéutico de interpretación textual. Sin embargo, mi cometido con un modelo de diseño de investigación interactivo más bien que secuencial no es lograr adhesión alguna a un paradigma interpretativo o humanista más que a uno científico; estas dos distinciones son resultados aparte. El modelo interactivo que presento aquí está delineado en una medida significativa de prácticas de investigación en las ciencias naturales, particularmente la biología, y diría que es aplicable (con modificaciones) tan bien a la investigación cuantitativa como a la cualitativa. (Maxwell, 1996:9)

En ese sentido, el “apego” al diseño inicial de la propuesta de tesis hubiese significado la imposibilidad de comprender los procesos doctorales de los participantes estudiados. En relación con esto se aprendió que el proyecto de tesis fue solo el primero de los momentos clave del proceso hacia una realidad escasamente conocida en relación con el estado del arte y des-conocida en vinculación con la investigadora como sujeto epistémico.

A medida que se avanzó en la investigación, se establecieron distancias entre el diseño inicial y el que efectivamente se fue construyendo. Esta distancia produjo temores, inseguridades e incertidumbres (Styles y Radloff, 2001), en especial, por tratarse de la tesis doctoral bajo la modalidad individual de realización. La deliberación, el diseño y la aplicación de estrategias y técnicas de recolección y de análisis de datos no contempladas de antemano y/o la eliminación de otras previstas por resultar ineficientes demandaron grandes cuotas de creatividad y autoconfianza por parte del investigador y la necesidad de mayor acompañamiento y contención por parte del director de tesis, entre otros protagonistas.

Pero la interactividad que caracteriza al diseño de la investigación cualitativa tiene sus límites. Maxwell (1996) expresa al respecto:

Las conexiones entre los diferentes componentes del modelo no son reglas rígidas […]; dan margen para una cantidad segura de “concesión” y elasticidad en el diseño. Encuentro útil pensar en ellas como cintas de goma. Pueden estirarse y doblarse en alguna medida, pero ejercen una tensión definida sobre las diferentes partes del diseño, y más allá de un punto particular, o bajo cierto estiramiento, se cortan. Esta metáfora representa un diseño cualitativo como algo con considerable flexibilidad, pero en el cual las diferentes partes imponen restricciones en cada una de las otras, forzándolas, y en caso que sean quebrantadas hacen que el diseño sea ineficaz (Maxwell, 1996: 4).

Los cambios y ajustes realizados al diseño tensaron suficientemente sus componentes para refuncionalizarlo, pero sin “cortarlo”. Al respecto, se reconoce la realización de varios “virajes” que produjeron distancia de la propuesta inicial, ante los cuales el diseño fue puesto en tensión e interacción. Cada uno de sus componentes necesitó ser repensado y modificado en función de nuevos desarrollos o de cambios en alguno de los otros. En términos de Mendizabal (en Vasilachis de Gialdino, 2009): “El diseño se convierte en acto o se despliega en el proceso total de la investigación efectivamente desarrollada, y dadas sus particularidades tan azarosas, sufre continuas transformaciones que enriquecen finalmente el estudio final” (Mendizabal, 2009:72).

Seguidamente se describen siete “virajes”, cambios o ajustes de la investigación de los procesos doctorales que permitieron refuncionalizar el diseño para alcanzar los objetivos propuestos.
 
Los “virajes” realizados

El primero de los “virajes” se relacionó con las preguntas y objetivos de la investigación, que fueron clarificándose y delimitándose a medida que la inmersión en el campo lo iba permitiendo. Si bien el taller de tesis brindó un marco adecuado para la elaboración del proyecto, y en especial permitió una revisión importante de antecedentes, no se pudo ingresar a terreno en simultáneo con el armado de la propuesta.

El segundo cambio estuvo vinculado al contacto y ubicación de los informantes. Se realizó una aproximación a los responsables de los programas doctorales para luego contactarnos con los sujetos. No obstante, las modalidades de acceso a cada uno de ellos fueron diferentes. Al respecto, el ejemplo más ilustrativo se relacionó con un doctorado de ciencias experimentales en el que no fue exitoso el “acceso académico” a través de las autoridades, sino que se ingresó a través de los institutos de investigación (CONICET-universidad) en los cuales los doctores trabajaban. Dichos institutos sobrepasaban en jerarquía y prestigio al programa doctoral, al que consideraron como el momento inicial imprescindible para la construcción de las trayectorias académicas. 

El tercero de los ajustes se originó en la imposibilidad de hacer cálculos estadísticos para medir el rendimiento de los programas en términos de tasa de ingreso, de egreso, de abandono, de quienes finalizaron el cursado sin hacer la tesis, etc. Los antecedentes argentinos consultados mostraron la escasez de información estructural fehaciente y cada uno de los doctorados estudiados no tuvo o no dispuso de datos confiables y actualizados. Entonces, solo se logró una aproximación mediante datos secundarios fragmentados que mostraron significativas tasas de matriculación y egreso a término en ciencias experimentales, frente a bajas tasas de matriculación, egreso y tiempo prolongado de finalización en ciencias de la educación. La situación de escasez y fragmentación de los datos a nivel de los programas se reprodujo a nivel del sistema educativo nacional.

Otro “viraje” efectuado, el cuarto, se relacionó con la selección de los doctorados y la observación de los escenarios. El interés fue indagar programas escasamente estudiados y no muy distantes del lugar de residencia de la tesista (a más de 500 Km de Buenos Aires). La mayor parte de los estudios argentinos se centran en programas ubicados en las Regiones Metropolitana y Bonaerense en desmedro de los doctorados ubicados en otras regiones que se supone presentan características diferentes. Pero sus responsables mostraron reticencias en autorizar el ingreso y otros nunca respondieron. Como consecuencia, se trabajó en doctorados muy alejados entre sí, lo que obturó la observación participante en los escenarios donde se desempeñaban los informantes.

El quinto cambio estrechamente vinculado con el anterior, consistió en el retorno al campo para una segunda recolección de datos mediante una técnica diferente (entrevista focalizada) a la prevista en la propuesta de tesis (observación participante). La aplicación de los cuestionarios autoadministrados [5] a los 122 participantes (99 graduados y 23 no graduados) fue la primera y preliminar etapa de recolección de información, seguida del estudio en profundidad a través de las entrevistas focalizadas a 34 (20 graduados y 14 no graduados) de los 122 sujetos.

El sexto ajuste se vinculó con la codificación y categorización de los datos asistida por el programa informático Atlas Ti. El proyecto de tesis anticipaba su uso durante toda la fase de análisis cualitativo, sin embargo, solo se examinó el material proveniente de las respuestas abiertas a los cuestionarios, en cambio las entrevistas en profundidad se analizaron de manera artesanal. La mayor limitación experimentada fue que el uso del programa Atlas Ti abrió demasiados caminos en vez de facilitar la reorganización de las categorías.

Dicho programa forma parte de CAQDAS (Computer Assisted Qualitative Data Analysis Software) que comprende una serie de paquetes informáticos específicos para analizar la información cualitativa con desarrollo en la década del ’80 pero más aún en la del ’90 (Chernobilsky en Vasilachis de Gialdino, 2009). Se sostiene que el investigador tiene disponibles un arsenal de herramientas en tanto y en cuanto colabore y facilite la producción científica; de lo contrario se transforman en obstáculos que pueden complicarle las tareas. Tesch citada por Valles (2000) describe algunos riesgos del uso de la informática en la investigación cualitativa y sostiene:

[…] “ninguno de los riesgos […]” proviene de la “naturaleza del ordenador por sí mismo”, sino de las “actitudes de la gente” que lo utilice. (…) el análisis de datos cualitativos “probablemente sea de las empresas epistemológicas humanas más intuitivas y sutiles, y por ello quizá la última en alcanzar una computerización satisfactoria” (Richard & Richard, 1994a: 461) (Valles, 2000:398/399).

Fueron tres las limitaciones experimentadas por el uso del Atlas Ti que fundamentaron la decisión de continuar de modo artesanal con las tareas de análisis del material. Las mismas se describen a continuación:

  • La creencia de que el paquete informático guía al investigador por el proceso de análisis. En ese sentido, es preciso recordar que es un servidor y no el experto.
  • La organización del proceso de análisis solo alrededor de las rutinas facilitadas por el programa. Al respecto, conviene evitar cruzar la información “todo con todo” y el excederse en el análisis centrado en las variables o en las relaciones entre categorías conceptuales en desmedro del análisis intensivo centrado en el caso y en el proceso.
  • La dependencia del investigador al programa; por ello, se necesita cuidar que el programa no pase de herramienta a amo y queel análisis se transforme en rígido y sin creatividad (Valles, 2000:399).

El séptimo “viraje” se refirió al título del informe final, en el que operó una mayor focalización y una transformación teórica que remitió a tres momentos del proceso de investigación, cada uno con una denominación diferente. El primero correspondió al momento inicial de la propuesta de tesis, y adoleció de una amplitud no recomendada en los estudios empíricos. El segundo momento mostró un estado de avance del trabajo en el que se habían introducido especificaciones al objeto de estudio. El tercero y final, ofreció una integración de los ejes teóricos con las coordenadas espacio-temporales. Se transcriben los títulos y los momentos a los que responden:

Conclusiones

La refuncionalización del diseño fue necesaria a pesar de que la propuesta de tesis fue elaborada al inicio del programa y de que en el marco del taller de tesis se pensaba, armaba y discutían los avances de cada participante [7]. Ese taller albergó y sostuvo a los doctorandos alrededor de 18 meses y culminó con la defensa del proyecto frente a un tribunal integrado por dos miembros externos, especialistas en el tema y la directora de tesis.

A pesar del minucioso trabajo realizado, permanentemente asesorado y supervisado, fue importante la experiencia de que hacer la tesis no puede basarse en seguir el plan preestablecido, ya que el mismo se modifica constantemente. Existen aspectos no previstos en el proyecto de investigación, y otros que aparecieron en el devenir de su puesta en acción. En ambos casos, la incertidumbre se percibió como propia de la práctica científica. Por ejemplo, el acceso y contacto con los participantes fue resuelto en la interacción misma en el lugar donde desarrollan sus prácticas; si bien se anticiparon algunos modos, la inmersión en el campo fue lo que definitivamente habilitó para saber cómo y de qué manera se llega e interactúa con los sujetos-informantes.

Entonces, se concluye que el oficio de investigador se aprende en la práctica misma orientada por quienes empezaron antes en la investigación disciplinar. De esta forma, los ajustes realizados al diseño necesitan ser mirados como parte de dicha práctica y no como errores asociados con la inseguridad, la angustia y el miedo al fracaso de los tesistas o con su escasa experiencia.

Asimismo, la investigación doctoral necesita del acompañamiento institucional sostenido de los directores de tesis y de los programas, de los responsables de talleres de tesis, de avance de tesis y de escritura académica, de los pares; ellos son los protagonistas clave para la discusión, la toma de decisiones, la edificación de la autoconfianza y la contención humana de los tesistas.

 
Referencias


1. Término que Joseph Maxwell toma de Cliffort Geertz (Maxwell, 1996:3). Volver al texto


2
. IFue una “muestra de oportunidad” (Honingmann citado por Guber, 2004:122) conformada por medio del sistema “bola de nieve”, en que algunos sujetos brindaron información de contacto para ubicar a los otros informantes. Volver al texto


3. Fue una “muestra evaluada” (Honingmann citado por Guber, 2004:80-81) en la cual los criterios significativos para la conformación surgieron de los mismos participantes. De allí que la muestra evaluada sistematizó los atributos individualizados por los informantes de oportunidad. Volver al texto


4. Pérez Lindo y Noto (2007), entre otros investigadores, informan sobre la concentración de la oferta de posgrado en las Áreas Metropolitana, Centro-Oeste y Bonaerense, de la República Argentina.

5. El cuestionario estaba dividido en cuatro bloques de preguntas: 1) datos socio-demográficos; 2) trayectoria académica y profesional al ingreso; 3) aspectos vinculados con la realización del doctorado; 4) resultados (abandono o finalización). Además, se incluyó cuatro preguntas abiertas focalizadas. El cuestionario contó con dos pre-testeos. Volver al texto

6. Software para el análisis de datos cualitativos compatibles con los lineamientos de la teoría fundamentada de Glaser y Strauss (1967). Otros programas utilizados en ciencias sociales y humanas son: Nud’ist, Ivivo, Ethnograph.
Este software se incluye en las tipologías de los sistemas informáticos para el análisis cualitativo como un sistema de redes conceptuales (Richards & Richards citado por Valles, 2000) o como un programa constructor de teoría, basados en la codificación (Weitzman & Milles citado por Valles, 2000).

7.
Fue coordinado primero por la Dra. Catalina Wainerman, luego por la Dra. Ruth Sautu y complementado con el aporte de la Dra. Paula Carlino Las tres profesionales mencionadas son reconocidas investigadoras y profesoras argentinas. Wainerman es la directora del programa doctoral de la Escuela de Educación de la Universidad de San Andrés. Las tres investigadoras son docentes del Programa. Volver al texto
 
 
Bibliografía

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