Revista Argentina de Humanidades y Ciencias Sociales |
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Volumen 4, nº 1 (2006) |
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Agricultura familiar y ciencias agrarias: ¿un paradigma en crisis? |
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por Raúl Paz | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Investigador del Conicet y docente de la Universidad Nacional de Santiago del Estero (UNSE), Avda. Belgrano 1912 (s), Santiago del Estero (4200) |
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Resumen | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
En un país como Argentina donde existe una estructura agraria, especialmente en las regiones extrapampeanas, conformada por un importante sector de pequeños productores, el diseño de un sector agropecuario moderno compuesto por explotaciones homogéneas y de gran escala productiva, comienza a perder vigencia, o al menos muestra problemas en su implementación por la presencia y perdurabilidad de la pequeña producción. Es en este contexto donde surge la idea de reflexionar acerca del rol de las ciencias agrarias, donde hay al menos dos fuerzas en constante tensión. Por un lado la generación y transmisión de conocimientos tendientes a reforzar la implementación y ejecución del gran proyecto de modernización y por el otro, la constante y siempre presente agricultura familiar que se resiste a desaparecer. Para tal objetivo el artículo analiza desde una perspectiva crítica, la relación entre agricultura familiar y las ciencias agrarias actuales. Posteriormente y sobre la base de datos provenientes del último censo nacional agropecuaria (CNA 2002) se busca cuantificar el número de productores y mostrar su potencial productivo. Finalmente el artículo concluye con una mirada alternativa sobre las ciencias agrarias y la agricultura familiar en la búsqueda de un modelo de desarrollo alternativo. |
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Palabras clave | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Agricultura familiar, Ciencias agrarias, Proyecto de modernización agrícola | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Title | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Family agriculture and agrarian sciences: crisis of a paradigm? |
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Abstract | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
In a country as Argentina where an agrarian structure conformed by an important sector of small farmers exists, specially at extra pampean regions, the design of a farming modern sector compound by homogeneous exploitations and a big productive scale stars to loose its use or, at least, it shows problems in its application by the presence and endure of small production. It’s in this context where the idea of thinking over the role of agrarian science –where there are two forces in steady tension– appears. On one side the generation and transmission of knowledge tending to reinforce the practice and carrying out of the great modernization project and on the other side the constant and perennial family agriculture which resists to its own disappearance. Because of such objective, the article analyzes from a critic perspective the relation between family agriculture and current agrarian sciences. Afterwards and upon the basis of data taken from the last farming national census (CNA 2002) it seeks to value the number of producers and to show their productive potential. Finally, the article concludes with an alternative view about agrarian sciences and family agriculture in the searching of an alternative development model |
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Key words | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Family agriculture, Agrarian sciences, Agricultural modernization project |
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Introducción |
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Cuando se ha tenido la posibilidad de compartir, desde la figura de docente de grado y postgrado en el área del desarrollo rural, con estudiantes provenientes de las ingenierías agronómicas, zootécnicas, en producción animal o en ciencias naturales, entre otras, se pueden observar algunas visiones por parte de los colegas, que extrañamente presentan ciertas similitudes, sin importar de qué facultad de ciencias agrarias provengan o en dónde se hayan formado. Finalmente, y esto es sólo por poner tres de las muchas existentes, la tercera percepción gira alrededor de la visión académica y conceptual que se tiene de la agricultura familiar y del campesinado. El desarrollo agrario y más precisamente la historia agraria ha sido entendida como un proceso continuo de mercantilización, como una inevitable progresión, una tendencia unilineal, desde la economía natural hacia la mercantilización completa de tal economía. Es sobre esta línea argumentativa que la desaparición, tanto de la agricultura familiar como del campesinado, ha sido predicada por décadas y visto como un estadio intermedio del desarrollo agrícola (Berstein, 2004; Paz, 2006a). En un país como Argentina donde existe una estructura agraria, especialmente en las regiones extrapampeanas como la del noroeste y noreste, conformada por un importante sector de pequeños productores, este diseño de la gran modernización de la agricultura comienza a perder vigencia, o al menos muestra problemas en su implementación por la presencia y perdurabilidad de tales unidades de producción. Es en este contexto donde surge la idea de reflexionar acerca del rol de las ciencias agrarias, especialmente de las facultades de agronomía en un escenario donde hay al menos dos fuerzas en constante tensión. Por un lado la generación y transmisión de conocimientos tendientes a reforzar la implementación y ejecución del gran proyecto de modernización, por el otro, la constante y siempre presente agricultura familiar que se resiste a desaparecer. Agricultura familiar y ciencias agrarias: una mirada crítica y actual
Estos axiomas, que por ser evidentes no necesitan ser testeados o discutidos, han ido generado, y posteriormente imponiendo, un modelo conceptual con un orden preestablecido en el presente y en consecuencia un ordenamiento explícito del futuro, o viceversa (Van der Ploeg 1994 y 2003). De esta forma entonces, el diseño en la agricultura fue creado (Bauman, 2006) y sus bases fueron gestadas con el gran proyecto de la modernización de la agricultura a nivel mundial. Así se va configurando una sola racionalidad que no queda graficada en la reproducción de la tecnología, sino también en una visión sobre la naturaleza, la utilización de los recursos naturales y humanos, las relaciones de propiedad, la relación hombre/tierra, las relaciones interinstitucionales (bancos, mercados, organismos públicos y privados, etc.) entre otros (Van der Ploeg, 2006). Dentro del eslabón de este gran diseño también se encuentran los organismos gubernamentales (facultades de agronomía, licenciaturas en administración de empresas, institutos de tecnología agropecuaria, etc.) como centros de generación y transmisión del conocimiento científico. Así la formación agropecuaria se basó históricamente en un racionalismo científico moderno –y acorde al gran proyecto de modernización–, que se sustentó en premisas básicas sobre el cual se construyó la representación del mundo rural y que luego llevó a la aplicación de acciones de intervención concreta. Algunos ejemplos de tales premisas que se encuentran internalizadas en las estructuras curriculares de los planes de estudio son los siguientes:
En ese marco de determinismo tecnológico, las explotaciones son llevadas hacia un óptimo, especificado por las ciencias agrarias. Para ello es necesaria la abstracción de la maleabilidad y los múltiples caminos que toma la agricultura a partir de la conducta activa de sus propios actores (capacidad de innovar). También es necesaria la concepción de una realidad agraria dual, conformada por un polo compuesto por las explotaciones capitalistas y por otro compuesto otro por todas aquellas explotaciones agropecuarias que no responden a la lógica del capitalismo y que están condenadas a desaparecer y en consecuencia requieren de la asistencia social por parte del estado. Así se va construyendo el conocimiento, sobre la base de cuestiones pautadas y reguladas. Sobre la base de axiomas y premisas básicas que en la realidad concreta no se cumplen, se va construyendo, imponiendo e internalizando una realidad agraria virtual al igual que un agricultor (el farmer virtual diría Van der Ploeg 2003), producto de un diseño de gabinete más que de una realidad concreta. La construcción del conocimiento en las ciencias agrarias, creada desde la retórica conceptual, se traduce muchas veces en la reproducción de la ignorancia para ciertos temas. Así por ejemplo uno se pregunta ¿porqué es más fácil encontrar conocimientos en la producción de soja que en procesos vinculados con la producción orgánica o algunos cultivos o producciones específicas? Es fácil encontrar muchísima información en la producción de leche bovina en Argentina, ¿por qué no es lo mismo para la producción de leche caprina o para los productos andinos, por ejemplo (la quinoa, la llama, etc.)? Así también, y en relación a los centros de generación y transferencia tecnológica, las innovaciones que consolidan el régimen socio-técnico de la modernidad serán desarrolladas e implementadas y aquellas que son consideradas menos relevantes no serán desarrolladas y permanecerán ocultas (Van der Ploeg, 2004). Como menciona Bauman (2006), el diseño existe en la medida en que esté la idea de construir algo nuevo: hay que conocer la naturaleza (y la gente que la habita) para luego gobernarla a partir de un diseño. Las ciencias agrarias han intentado capturar a la naturaleza. También hay un diseño en el mundo agrario (“la racionalidad del imperio”, diría Van der Ploeg, 2006). Lo nuevo no puede nacer a menos que se deseche, se tire o se destruya algo. El campesino, las explotaciones familiares, el pequeño productor son actores residuales en este gran proyecto de la modernización: el residuo surge como consecuencia del diseño. La agricultura familiar en Argentina: descubriendo su presencia y potencial productivo Sin embargo, como el Cuadro 1 lo muestra, el mayor impacto se observa en la región pampeana que explica el 65 % del total de explotaciones que desaparecieron, observándose en otras regiones una caída leve de las explotaciones. Cuadro 1. Número de explotaciones, superficie promedio por explotación (en hectáreas)
Fuente: Paz (2006a) Es esperable suponer entonces que la desaparición de las pequeñas explotaciones en Argentina se encuentre fuertemente correlacionada con la eliminación de las explotaciones campesinas. Paz (2006a) a partir de una mirada hacia dos estructuras agrarias contrastantes, como lo son la de la región pampeana y la del noroeste argentino (NOA) permite corroborar esa hipótesis, llegando a la conclusión sobre la permanencia actual del campesino en la región del Noroeste Argentino. Un claro ejemplo es Santiago del Estero, una de las provincias que comprende a la región NOA, donde se determinó la cantidad de explotaciones campesinas (Paz, 2006a) en un número de 14.321 según el CNA 1988 y de 14.215 para el CNA 2002, representando el 67,80 % del total de explotaciones agropecuarias. En el mismo trabajo[6] se concluye diciendo que el número de explotaciones campesinas prácticamente se ha mantenido constante para el período intercensal definido. El siguiente cuadro muestra lo anteriormente expuesto. Cuadro 2. Número de explotaciones campesinas, discriminada por límites definidos
Fuente: Paz (2006a) Desde una mirada más amplia, el trabajo de Obschatko et. al. (2006) determina un total de 218.868 explotaciones agropecuarias que comprenden al sector de la agricultura familiar, es decir cerca del 66% del total de explotaciones de Argentina. La participación de los pequeños productores en la producción de cultivos extensivos es del 16%, de frutales del 17%, de cultivos intensivos a campo del 36%, forestal del 14% y de productos pecuarios del 21%, aproximadamente. Por otro lado al cuantificar el aporte de empleo total (permanente y transitorio con contratación directa) a nivel nacional, se observa en el mismo trabajo valores del 53%. En provincias como Santiago del Estero, Misiones y Catamarca se encuentran valores del 85% para las dos primeras provincias y del 79% para Catamarca.
Considerar a la agricultura familiar como un sector estratégico en el desarrollo local exige, en un primer momento, reconocer su importancia cuantitativa y de permanencia en el marco del sistema capitalista derivado de su propia lógica interna, para posteriormente, demostrar su capacidad productiva. Al reconocer estas dimensiones, se puede ubicar a la agricultura familiar como un sector capaz de desempeñar un papel relevante en la reestructuración de las economías regionales, contrariamente a la visión que postula la marginación y como corolario final, la inevitable desaparición de dicho sector en la conformación del nuevo orden económico. Ciencias agrarias y agricultura familiar: una mirada alternativa El trabajo de Tsakoumagkos (2007) muestra dos dimensiones relevantes de carácter fáctico vinculadas a la pequeña producción, que contradicen al neodualismo agrario. La hipótesis de este trabajo es la de la existencia de dos dimensiones relevantes vinculadas a la pequeña producción, que contradicen al neodualismo agrario (Murmis, 1993; Murmis, 1994). La primera dimensión habla de la existencia de escalas económicas de las unidades productivas, no reductibles a la dicotomía que es inherente al neodualismo imperante en las ciencias agrarias (incluídos/excluídos, procesos de campesinización/des-campesinización, explotaciones capitalistas viables/explotaciones campesinas inviables entre otros) a la que el autor denomina heterogeneidad económica o pluriinsertabilidad en el proceso de producción agraria. La segunda es la conformada por las diferentes estrategias familiares que modelan una pluralidad de pertenencias al proceso de reproducción social, la que llama heterogeneidad social, y que tampoco es reductible a la dicotomía mencionada. El reconocimiento de una gran heterogeneidad económica en el sector de la agricultura familiar, la presencia de formas variadas y creativas de inserción por parte de estas explotaciones al sistema económico capitalista y su heterogeneidad social abre un abanico de nuevas posibilidades de desarrollo rural alternativo. No son muchos los estudios tendientes a captar el propio estilo de producción en la agricultura familiar, las prácticas y lógicas involucradas en dicho estilo, las formas de combinar los recursos y sus articulaciones con los mercados, tratando de identificar su potencial en el marco de un desarrollo alternativo. Haciendo una analogía con el campesino polibians de Kearney (1996), se podría decir que la agricultura familiar en general –y el campesino en particular– es una bacteria muy especial. En el mundo de las bacterias existen dos categorías bien definidas: las bacterias aeróbicas por excelencia, que son altamente eficientes en presencia de altas concentraciones de oxígeno pero que ante su ausencia mueren, y bacterias aeróbicas facultativas, que en un medio con oxígeno funcionan menos eficientemente que las anteriores, pero que ante su carencia siguen teniendo actividad. El campesino es una bacteria aeróbica facultativa que aprendió a sobrevivir en un medio sin capital, donde empresas capitalistas (aeróbicas por excelencia) mueren, el campesino sobrevive (Paz, 2006a). Por otro lado, aquellos que participamos en la construcción y transferencia del conocimiento, ya sea desde las ciencias agropecuarias o desde las ciencias humanas, conformamos también el grupo de las bacterias aeróbicas por excelencia y nos sentimos claramente identificados con dicho sector (las empresas capitalistas). Esta empatía, que queda definida como la capacidad de ponerse en el lugar del otro, surge a partir del conocimiento profundo que se tiene de las empresas capitalistas: conocemos sus problemas y en consecuencia tenemos la solución técnico-administrativa para superarlos. Por el contrario, en el marco de una formación aeróbica por excelencia, resulta difícil comprender los distintos mecanismos desplegados por la agricultura familiar, a los efectos de poder desarrollarse en un escenario carente o escaso de oxígeno (capital). La ciencia agraria convencional, en sí misma, es también aeróbica por excelencia y en sus modelos siempre están presentes leyes económicas o funciones de producción donde existen relaciones precisas entre los factores de producción y sus resultados (siempre medido en rendimientos y producción)[8]. Así aparece el punto óptimo económico o el punto de equilibrio, como también un camino determinado por las funciones de producción, en dirección a lograr la mayor eficiencia. Es en esta percepción académico científica que resulta más fácil encontrar un marco conceptual que explique la desaparición de las pequeñas explotaciones o de la agricultura familiar, que el final de las grandes explotaciones capitalistas en el actual mundo globalizado: las ciencias agrarias acompañan esta visión. Referencias Bibliografía Azcuy Ameghino, Eduardo (2005). La evolución del capitalismo agrario y la desaparición de explotaciones agropecuarias: evidencias estadísticas en países seleccionados y problemas de teoría e historia. En 4tas. Jornadas Interdisciplinarias de Estudios Agrarios y Agroindustriales. Buenos Aires. 20 pág. Bauman, Z. (2006). Vidas desperdiciadas. La modernidad y sus parias. Ed. Paidós. Estado y Sociedad. Argentina. Bernstein, H. (2004). Changing Before Our Very Eyes’: Agrarian Questions and the Politics of Land in Capitalism Today. Journal of Agraria Change. Vol. 4 Nos. 1 and 2. England. Foro Nacional de la Agricultura Familiar (2006). Documento: Lineamientos generales de políticas públicas orientadas a la elaboración de un plan estratégica para la agricultura familiar. Buenos Aires. Kearney, M. (1996). Reconceptualizing the Peasantry: Anthropology in Global Perspective. Boulder: Westview Press. Murmis, M. (1993). "Ajuste y pobreza campesina" en Revista Debate Agrario Nº 16. Ed. CEPES, Lima. Murmis, M. (1994) “Algunos temas para la discusión en la Sociología Rural Latinoamericana: reestructuración, desestructuración y problemas de excluidos e incluidos”, en Ruralia, Revista Argentina de Estudios Agrarios de FLACSO, Nº 5, Buenos Aires. Obschatko, E., Foti, M. y Román, M. (2006). Los pequeños productores en la República Argentina. Importancia en la producción agropecuaria y en el empleo en base al CNA 2002. Serie Estudios e Investigaciones Nº 10. Ed. IICA. Argentina. Paz, R. et. al. (2000). Parámetros técnico-productivos y tipologías en los sistemas caprinos tradicionales en áreas de secano. Revista Archivos Latinoamericanos de Producción Animal Nº 2, Vol. 8. Ed. ALPA. Maracaibo, Venezuela. Paz, R. (2006a). El campesinado en el agro argentino: ¿repensando el debate teórico o un intento de reconceptualización?. En En Revista Europea de Estudios Latinoamericanos y del Caribe Nº 81. Ed. CEDLA (Centro de Estudios y Documentación Latinoamericanos). Ámsterdam. Países Bajos. Paz, R. (2006b). ¿Desaparición o permanencia de los campesinos ocupantes en el noroeste argentino?. Evolución y crecimiento en la última década. En Canadian Journal of Latin American and Caribbean Studies Vol. 31, No. 61. Canadá. Paz, R. (2007). Mitos y realidades sobre la agricultura familiar en Argentina: reflexiones para su discusión. Mimeografiado. Van der Ploeg (1994). Born from within. Practice and perspectivies of endogenous rural development. Editor (Ann Long). Ed. Van Gorcum, Assen. The Netherlands. Van de Ploeg, Jan (2003). The virtual farmer. Ed. Royal Van Gorcum. Países Bajos. Van de Ploeg, Jan (2004). Seeds of transition. Ed. Royal Van Gorcum. Países Bajos. Van de Ploeg, Jan (2006).El futuro robado. Tierra, agua y lucha campesina. Ed. IEP y Walir.Perú.
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