ENTREVISTA EN SANTIAGO DE CHILE
Guillermo Toro, flamante director de Bibliotecología de la UTEM
Santiago de Chile. Guillermo Toro Araneda es el nuevo director de la Escuela de Bibliotecología de la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM), nombrado por el rector de esa casa de estudios a partir de abril de este año. Es profesor desde 1993 y hasta marzo se desempeñó, entre otros puestos, en el sistema BiblioMetro del Metro de Santiago y en el Instituto Profesional Carlos Casanueva, donde fue coordinador de la carrera de técnicos en bibliotecología en modalidad presencial y a distancia. Toro nos abrió las puertas de su despacho para responder algunas preguntas que nos darán un panorama actual de la enseñanza bibliotecológica en su universidad y en Chile.
¿Cuándo se fundó la Escuela en la UTEM?
La Escuela de Bibliotecología de la UTEM es la sucesora de la primera Escuela de Bibliotecarios, fundada en 1949 en la Universidad de Chile, que impartió la carrera durante 32 años. Con la reforma universitaria de 1981, la carrera pasó a formar parte del Instituto Profesional de Santiago, que en 1993 se convirtió en la actual Universidad Tecnológica Metropolitana. Imparte una sola carrera denominada Bibliotecología y Documentación, que otorga el título de licenciado en Bibliotecología y gestión de información (8 semestres de cursada) y el título de bibliotecario documentalista (diez semestres y un examen de titulación).
¿Qué cantidad de alumnos se matriculan por año en bibliotecología?
En estos años nuestra matrícula es de 20 alumnos en promedio; sin embargo la carrera también se imparte en otras escuelas, con lo que se llega a matrículas cercanas a los 80 alumnos a nivel nacional; pequeña cifra si consideramos que la empleabilidad es alta y que hay cuatro universidades ofreciendo los estudios de pregrado. Hay que reconocer que el interés por estudiar la carrera ha ido disminuyendo y esto se debe a que en general hay una gran oferta de carreras; una competencia obscena introducida en nuestra educación superior, donde las universidades privadas invierten millones en publicidad y estrategias de marketing para luego esquilmar a las familias de clase media y de clase baja mediante créditos directos y bancarizados. Por el contrario, en las escuelas nacionales no hemos sabido cooperar para difundir la carrera, lo que también se expresa en que los profesionales bibliotecarios le hemos dado la espalda al Colegio de Bibliotecarios de Chile, que es nuestra asociación gremial.
¿La escuela ofrece una salida laboral directa? Es decir, cuenta con una bolsa de trabajo para que el egresado pueda conseguir un trabajo inmediatamente después de recibido?
Según cifras oficiales, nuestra carrera tiene un 94,8% de empleabilidad al primer año de egresado. En general la empleabilidad en Chile es alta, por lo que tampoco esto es un gran mérito. El hecho de estar radicados en Santiago favorece enormemente las instancias de realizar prácticas y adquirir experiencia laboral mientras se estudia. El único matiz es que aún nos falta tener un verdadero reconocimiento profesional en varios ámbitos, incluyendo nuestros nichos tradicionales, que hay que reconquistar. Eso se traduce en sueldos comparativamente menos atractivos que los que ostentan otras carreras de igual duración y dificultad y a veces se traduce en una frustración colectiva, que está soterrada. Por otra parte, el perfil de egreso de los bibliotecarios o bibliotecólogos o bibliotecónomos (ya que tenemos las tres denominaciones en los títulos), más el de gestor de información, bibliotecas y archivos, que aun es más singular, no ha variado a la velocidad de lo requerido por las empresas e instituciones. La formación generalista, pienso, no es una mala respuesta para un futuro que no conocemos, pero podemos inventar un futuro en que los bibliotecarios hagamos las propuestas. Por años hemos esperado que los empleadores adivinen qué somos capaces de hacer. Este paradigma hay que cambiarlo desde las escuelas. Un solo ejemplo: las autoridades universitarias están esperando que seamos sus colaboradores en edición electrónica, en investigación y en indicadores de productividad científica. Eso se menciona y no se profundiza en los currículos. Mis alumnos me han expresado que cada profesor, más allá o más acá de lo que dice el programa de la asignatura, hace referencia a los temas y promete que “otro profesor” verá aquello en profundidad, lo que no llega a ocurrir. Entiendo que no estamos preparando alumnos de postgrado, pero ésta también a veces es una excusa para no abordar en serio, en la teoría y en la práctica, los contenidos.
¿Cuál es el panorama completo en Chile donde se puede aprender bibliotecología?
Hay dos universidades estatales: la UTEM en Santiago y la Universidad de Playa Ancha de Ciencias de la Educación, en Valparaíso. Existe un intento de sostener la carrera en la Universidad Católica de la Santísima Concepción (privada que recibe aportes estatales) en el sur del país. Otras dos privadas en Santiago: la Universidad Alberto Hurtado y la Universidad Bolivariana. Aparte de esto, existe formación de técnicos en el Instituto Profesional Carlos Casanueva y en el Instituto Profesional La Araucana, ambos privados. Junto con esto tenemos dos posgrados: el magíster en Bibliotecología e Información en la Universidad de Playa Ancha, y el magíster en Procesamiento y Gestión de la Información, ofrecido por la Universidad Católica de Chile.
¿Está el programa de estudios en concordancia con los que se dictan en el resto de Sudamérica? Si no, ¿en qué puntos difieren?
Nuestra malla actual sigue los lineamientos de las escuelas del Mercosur. No hemos hecho estudios comparativos en relación a los otros países. Personalmente no creeré en estas iniciativas, en lo que respecta a Chile, mientras no tengamos un intercambio real de alumnos entre nuestras carreras. Me encantaría y consideraría un gran logro de mi gestión si uno solo de nuestros alumnos cruza una frontera para estudiar una materia con el mejor profesor o profesora de la región en ese tema.
Cambiaría algo de la propuesta educativa que viene llevando hasta ahora la escuela o seguiría tal como está?
Cambiaría muchas cosas, pero uno no puede entrar como un elefante en una cristalería; menos en una institución estatal. De hecho hay que realizar cambios para armonizar nuestra docencia y currículo con el nuevo modelo educativo que tiene la universidad, que ya está siendo implementado por otras carreras. En relación a los contenidos, ya dije, profundizarlos y realizar un trabajo más serio que el que hemos hecho académicamente hasta el momento. Sin embargo, espero que el mayor cambio sea reencantar a los alumnos, a los profesores y a los colegas, recuperando nuestro viejo espíritu bibliotecario, humanista, pleno de sensibilidad social, donde el centro de nuestra actividad sean las personas, niños, jóvenes, adultos o ancianos. Todo esto en un mundo 2.0, mediado por la tecnología, hiperconectado y muchas veces carente de humanidad y sentido común. Chile ha crecido económicamente, pero las brechas sociales son cada vez mayores. Los bibliotecarios hemos venido al mundo para hacerlo más amable, equitativo y solidario. No podemos olvidar nuestra misión.
[Fuente: Redacción]
COORDINADO POR IFLA EN URUGUAY
Se realizó el taller Bibliotecas en el mundo digital
Montevideo. Del 21 al 25 de abril pasado se llevó a cabo en esta ciudad el taller “Bibliotecas en el mundo digital”. Asistieron al taller profesionales de bibliotecas universitarias y especializadas de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. El curso giró alrededor del uso y aplicación de las herramientas digitales para el desarrollo de servicios bibliotecarios. Fundamentalmente, se estudiaron las aplicaciones de la web social en la gestión bibliotecaria, las herramientas ofimáticas en línea y colaborativas y los fundamentos de la catalogación social. Durante el curso se analizaron blogs de bibliotecas así como las implicancias del uso de Twitter y Facebook. Muchas de las actividades del curso fueron interactivas y trascendieron por la web social, tanto en forma pública por Twitter (a través del hashtag #TallerMontevideo) como por un grupo en Facebook.
El curso fue impartido por el profesor Javier Leiva-Aguilera, consultor independiente y docente de la Universitat Oberta de Catalunya y de la Universitat Pompeu Fabra (Barcelona), y Fernando Gabriel Gutiérrez, bibliotecario de la Biblioteca Central de la Universidad Nacional de Luján y docente del Instituto Municipal de Educación Superior en Educación y Tecnología Argentina, Luján, provincia de Buenos Aires.
La reunión fue coordinada por la Sección América Latina y el Caribe de la IFLA con el auspicio del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de España en colaboración con el Centro Cultural de España en Montevideo, a través del Programa de Capacitación para el Desarrollo en el sector Cultural ACERCA de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo.
La importancia de una capacitación en herramientas de social media es sustancial al ser auspiciada por instituciones como las nombradas, ya que incentivan a otras instituciones a incorporar paulatinamente estas utilidades de comunicación en las bibliotecas, sin las cuales --en un futuro muy cercano-- será imposible comunicarse.
La actividad incluye, además de la fase formativa, una segunda parte en la que los participantes desarrollarán acciones concretas de aplicación en sus centros bibliotecarios con proyectos derivados de esta formación. Los asistentes se capacitaron y a su vez serán formadores en sus lugares de trabajo locales.
Los documentos y proyectos realizados en la segunda fase se incluirán en una base de datos de buenas prácticas para una mayor difusión y alcance de esta iniciativa. Esta capacitación integra el programa de IFLA/LAC de talleres de aplicación de herramientas digitales para el desarrollo de servicios bibliotecarios, de los cuales ya se realizaron exitosas experiencias en Perú, Colombia, México y Guatemala.
[Fuente: Eduardo Giordanino]
DÉCIMO CONGRESO DE ARCHIVOLOGÍA DEL MERCOSUR
Archivos del MERCOSUR, reunidos en Bolivia
Santa Cruz de la Sierra (Bolivia). Del 12 al 14 de marzo pasado, esta ciudad fue sede del X Congreso de Archivología del MERCOSUR (CAM), donde asistieron más de 350 participantes de diez países iberoamericanos. La coordinación general del evento estuvo a cargo de Luis Oporto Ordóñez, director de la Biblioteca y Archivo Histórico de la Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia y la sesión inaugural tuvo lugar en el auditorio de la Casa Municipal de Cultura.
Desde su fundación este congreso ha tenido un importantísimo significado para los archivos y los archivistas del MERCOSUR por subrayar en las temáticas presentadas el rol de los archivos en el desarrollo nacional de los estados integrantes. Se realizaron también encuentros paralelos, como el primer Encuentro de archivos fotográficos del MERCOSUR y el VI Encuentro de asociaciones de archiveros del MERCOSUR.
En las sesiones generales cabe destacar el hecho de que fue aprobado unánimemente el estatuto general que regulará el CAM y que contempla el funcionamiento de un consejo asesor compuesto por los coordinadores generales de cada uno de los congresos ya realizados, quedando actualmente la presidencia de dicho consejo, según los estatutos, a cargo de Luis Oporto Ordóñez, coordinador de las CAM 2014, quien la ejercerá como tal hasta octubre de 2015, año en que se efectuará el XI CAM en el estado de São Paulo, Brasil.
[Fuente: Eugenio Bustos Ruz]
EN MADRID
Jornada sobre la web semántica para archivos, bibliotecas y museos
Karen Coyle, especialista estadounidense en la web semántica
Madrid. En colaboración con la Biblioteca Nacional de España, la Fundación Ramón Areces organizó el mes pasado una jornada sobre web semántica en archivos, bibliotecas y museos. El objetivo fue ofrecer una visión general sobre lo que significan dichas palabras y los datos enlazados (linked open data, en inglés) y cómo las instituciones culturales pueden beneficiarse con estas nuevas herramientas.
En la sesión inaugural, la consultora norteamericana Karen Coyle, una de las principales autoridades en web semántica y bibliotecas digitales, subrayó la necesidad de avanzar hacia los estándares únicos. “Lo realmente importante de los datos enlazados es su capacidad para conectar información. Hasta el momento, existe una gran cantidad de información en las bases de datos (estadísticas, geográficas, científicas…), pero todo esto se encuentra separado y no contamos con una manera fácil de conectar todos estos almacenes de datos. Por este motivo, tenemos que avanzar hacia un espacio compartido de datos, hacia una base de datos gigante”.
Coyle hizo una autocrítica al comentar que en el pasado las instituciones culturales no han trabajado demasiado bien en este campo. Sin embargo, apuntó hacia esa necesidad de un mundo cada vez más interconectado. “Hoy la mayor parte de las conexiones entre bases de datos se mueven alrededor de datos sencillos (fechas, nombres, etc.). Los identificadores, que son la esencia misma de los datos enlazados, tienen que ser persistentes y congruentes, siempre con la idea de que sean neutrales en cuanto al lenguaje”, señaló.
Para Coyle, "una vez que se entra en linked data, ya no hay diferencia entre información propia y externa”. En este sentido, dio ejemplos de cómo durante una sesión de navegación en una página concreta un usuario puede tener al mismo tiempo diferentes ventanas de otros sitios en los que se complementa esa información. Así, si un usuario se encuentra leyendo una edición del Quijote en la web de la Biblioteca Nacional, no sólo podrá hacerlo en una versión digitalizada del siglo XVI, sino que esa lectura se enriquecerá con el acceso, por ejemplo, a un mapa del recorrido que hizo el ingenioso hidalgo, en otra encontrará un gráfico sobre el funcionamiento de un molino, y más.
Durante el transcurso de esta reunión, la Biblioteca Nacional española presentó la segunda fase de su programa Datos Enlazados, un proyecto que inició en 2011. Con él se ha propuesto poner sus fondos -con más de 2,5 millones de registros bibliográficos- a disposición de cualquier usuario a través de internet. Según explicó su directora, Ana Santos, es “la mejor vía en estos momentos para conseguir que este patrimonio esté realmente accesible a todo el mundo”. “La web semántica y los datos enlazados ofrecen una gran oportunidad y albergan un potencial enorme para que todo el trabajo que produzca la Biblioteca Nacional llegue a todos. Compartir todos esos datos con otras instituciones y abrirlos para su máximo aprovechamiento es algo en lo que no vamos a dejar de pensar”, destacó.
[Fuente: BNE Prensa]
|