La modernidad agoniza, por ello nuestra época está  signada por rupturas, giros, incertidumbres…Se está gestando un nuevo marco,  que contiene la diversidad como desafío, pues se abre al reconocimiento de las  culturas originarias, un marco que incluye a los diferentes formas de  convivencia, que defiende que hay culturas, rechazando la imposición moderna de culturas de primera y culturas de  segunda… 
             
      En este respeto a la diversidad que es hijo de los derechos y de la  inclusión para todos y todas, en este nuevo tiempo se presentan como un aire  fresco las páginas de Beatriz Massuco. La autora interpela desde las  experiencias vividas con intensidad por los protagonistas, las experiencias  narradas que, de seguro, dejaron huellas desde lo más íntimo desde lo vital.  Por ello lo del aire fresco pues se  escribe desde lo vivido y desde allí se hilvanan los conceptos centrales: improvisación y estética de los vínculos que invitan a seguir pensando y actuando  para desplegar nuevos sentidos. 
       
Las imágenes de puente y canoa guían la reflexión hacia la  aceptación de la diversidad, de la construcción, en el reconocimiento que no  hay un solo camino, ni verdades definitivas, no hay seguridades, las decisiones  están atravesadas por la incertidumbre. Esto es muy conmovedor, remueve los  enunciados en los que se asentó (y aún se asienta en la mayoría de los  espacios) la tarea pedagógica, en la política, en actividad científica. 
 
En el texto de Beatriz Massuco, como corresponde a lo afirmando hasta aquí, hay  más interrogantes que respuestas, con ello concita, interpela a la reflexión;  son ciertamente bisagras. El desafío de convocar a lo transdisciplinar,  y a lo interdisciplinar cuestiones que la Academia aún resiste, y nomina más  que ejercita tales conceptos, por miedo a perder poder... 
 
En el convencimiento de que en Latinoamérica, con sus transformaciones  impensadas décadas atrás, a pesar de los obstáculos y las corrientes adversas:  es posible generar ese giro estético de  los vínculos que despliegan la ética colectiva [1]. 
 
Por tanto, la estética de los vínculos es el puente  hacia lo nuevo, integrando en la canoa todas las palabras, todos los lenguajes,  todos los sentimientos, todos los sentidos.   
        Referencias 
        [1] Massuco,  p. 24.
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