Los procesos de tesis de grado analizados según la dimensión individual de los tesistas 
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                por   
      Carmela Ferreira | 
    
     
       
        Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER) 
        carmelaferreira@yahoo.com.ar 
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      Resumen | 
    
    
      Este artículo  presenta los resultados obtenidos en un proyecto de investigación denominado  “La trayectoria de los tesistas. Un estudio en egresados de la Uader”, el cual  tuvo como eje de interés conocer cuáles son los factores facilitadores y  obstaculizadores asociados al proceso de tesis, desde la perspectiva de los  graduados. Los relatos construidos a través entrevistas focalizadas permitieron  advertir el lugar de relevancia de lo que se denomina en la mencionada  indagación dimensión individual de estos procesos. 
El  relato de los egresados acerca de su experiencia durante la elaboración de la  tesis de grado hizo posibles diferentes acercamientos analíticos. En este  escrito se presenta la dimensión individual de los mencionados procesos, en la  que se incluye la consideración sobre los sentimientos y emociones de treinta y  un tesistas, las motivaciones que los alentaron, el capital cultural y familiar  con el que contaron, los aprendizajes que pudieron construir, así como lo que  se denominó “darse cuenta y hacerse cargo”, que refiere a la posición de  implicación desde la  que abordaron su  trabajo de investigación y de escritura del informe final.        | 
    
    
      | Palabras clave | 
    
    
      Carrera de grado, tesis, dimensión  individual  | 
    
    
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      The processes of thesis of degree analyzed according to the individual dimension of students | 
    
    
      Abstract | 
    
    
      This article  discusses the results obtained in a research project called “The trajectory of  the thesis students: a study in graduates of the Universidad Autónoma de Entre  Ríos”, which had as core interest the facilitators and obstacles associated with  the thesis process, from the perspective of graduates. 
The focused  interview transcriptions’s analysis allow the investigators to warn of the  relevant role of dissertation process’s individual dimension. 
The  complexity of the experience provided by the graduates about their thesis processes  made possible different analytical approaches. This paper discusses the  individual dimension of the thesis processes, which includes the consideration  of the feelings and emotions of thirty-one thesis students, the motivations that  encouraged them during their work, their cultural and family background, the  learning they could build during the thesis process, as well as what was called  "realizing and taking ownership", which refers to the position of  involvement since they developed their research and wrote the final report.        | 
    
    
      | Keywords | 
    
    
      Undergraduate,  dissertation, individual dimension..        | 
    
    
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      Para citar este artículo: Rev. Arg. Hum. Cienc. Soc. 2018; 16(1). Disponible en internet:  
      http://www.sai.com.ar/metodologia/rahycs/rahycs_v16_n1_03.htm  | 
    
    
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      1. Introducción | 
    
     
      En este artículo se describen seis aspectos que vinculados  con la dimensión individual aparecieron de modo significativo en las  entrevistas realizadas a egresados de distintas carreras de dos unidades  académicas de la Universidad Autónoma de Entre Ríos: la Facultad de  Humanidades, Artes y Ciencias Sociales y la de Ciencias de la Gestión. 
         
El trabajo de análisis de dichas entrevistas permitió  distinguir los siguientes aspectos   subjetivos: sentimientos y emociones; motivaciones; capital cultural y  familiar; aprendizaje académico, profesional y personal; así como otros aportes individuales que inciden en dichos procesos. Ellos expusieron particulares  maneras de atravesar la última etapa de la  formación, o sea, la elaboración de la investigación. El artículo se estructura  en cuatro secciones, la introducción, la descripción de los seis aspectos de  carácter individual, las conclusiones y la bibliografía.        | 
    
     
      
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      2. Hallazgos  sobre los aspectos de carácter individual  | 
    
    
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      2.1 Sentimientos y emociones de los tesistas        | 
    
    
      La soledad es una noción subjetiva, una  experiencia, es la interpretación de una situación, a veces vivida como rechazo  o como exclusión. No debe considerarse como sinónimo de aislamiento porque no  depende del exterior, es un estado de ánimo. Este sentimiento se origina en una  falta de vínculo, en la impresión de que falta comunicación con el entorno, en  encontrarse solo en el mundo. Se relaciona con la necesidad de la presencia del  otro, y con la frustración de no estar acompañado. 
           
          En este sentido, Hirigoyen (1) afirma  que existen diversas maneras de estar solo, y que al lado de la soledad  sufriente hay una soledad rica y serena. Ejemplo de esto es la existencia de  grandes pensadores y creadores que eligieron con frecuencia la soledad a fin de  crear las condiciones propicias para su desarrollo espiritual, intelectual o  artístico.   
           
          Los entrevistados se refirieron, en  reiteradas ocasiones, al proceso de tesis como una experiencia solitaria. Esto  es coincidente con investigaciones como la realizada en el grado por Echevarría  et al., (2) y en el nivel de posgrado por Narvaja de Arnouxet al. (3). El sentimiento de soledad que caracterizó  las experiencias de los entrevistados se vincula con dos resultados: el primero  fue la escasez o disfuncionalidad de dispositivos institucionales de  acompañamiento de los tesistas; y el segundo, la necesidad de implementar  estrategias espontáneas de autogestión, más allá de las necesarias en cualquier  práctica de investigación. La soledad está muy presente en los relatos de  tesis, en su matiz dolorosa, y esto se observó en todos los momentos del  proceso. 
           
          Dentro de los  matices negativos de la soledad que se observaron entre los entrevistados  surgió la idea de desamparo o de indefensión producidos por la falta de  acompañamiento institucional, que lleva a observar el hecho de que el proceso  del estudiante no termina con el cursado de las materias, sino con en el  momento de la defensa delo producido. Un entrevistado significó su experiencia  durante la tesis con la expresión “estado de orfandad”.  Como se mencionó, cuando el pasaje hacia el  egreso no está articulado con dispositivos institucionales que sostengan el esfuerzo  de elaboración de la tesis, aparecen estos efectos en los estudiantes. 
           
          Para algunos  entrevistados fue un apoyo importante contar con un espacio de acompañamiento  profesional, terapéutico. Más allá de la causa que motivara la consulta con un  psicólogo o terapeuta, cuando se contó con este espacio,el mismo posibilitó  reflexiones en torno a cuestiones relativas a la tesis que trajeron alivio y,  en cierta medida, también resultó una modalidad de acompañamiento. Por ejemplo,  para una de las entrevistadas, el problema de sentirse sola fue reelaborado en  su espacio terapéutico. Según comentara, en ese ámbito reflexionó sobre sus  dificultades para afrontar la incertidumbre o la frustración de tener que dar  pasos en el proceso de trabajo sin reaseguros frecuentes, lo que la  llevabaeventualmente a cometer errores y tener que efectuar modificaciones,  generando entre otras consecuencias, demoras en la escritura del informe final. 
           
          Por otro lado, la soledad puede ser  considerada necesaria y productiva para quienes no la significan de la manera  que acabamos de describir. En este sentido, el intercambio con pares, según lo considera Carlino (4), permite  neutralizar del sentimiento de soledad y favorece el intercambio creativo,  permitiendo aprender a valorizar la experiencia de introspección y relativizar  el aspecto de abandono o aislamiento.  
           
          Algunos tesistas describieron los  momentos de soledad como una oportunidad para el desarrollo de un trabajo  intelectual fecundo, o de independencia ideológica. La soledad tiene en estos  casos otra lectura, la cual permite la puesta en marcha de los recursos  subjetivos. Una de las entrevistadas consideró la ausencia de la directora  durante un período de su proceso de tesis como un momento de “independencia de ideas”. 
           
          Es en estos casos en que es posible  lograr un mayor grado de madurez individual en un proceso “totalmente personal” con el que hay que  “aprender a convivir […] a habitar ese lugar de soledad” (5) y madurez  académica. Otro entrevistado aportó la consideración de que la tesis es un “desafío”  que se advierte como positivo al final del recorrido.  
        Una emoción  mencionada con frecuencia en las entrevistas fue la ansiedad, consistente en un  malestar generado por un motivo que no se alcanza a definir claramente, que para  la persona puede percibirse de manera difusa. Es una  manifestación afectiva, es decir, es vivencia, es un estado subjetivo. Puede  surgir en síntomas físicos, psicológicos, conductuales e intelectuales, como  expectación generalizada de matiz negativo, dificultades para concentrarse o  trastornos en la memoria (6). Asimismo, la ansiedad es adaptativa, lo que  significa que si no es excesiva, ayuda a afrontar las exigencias concretas de  la vida. Por su parte, la angustia tiene diferencias cuantitativas con la  ansiedad. El afecto angustioso se manifiesta en mayor medida a través de  síntomas neurovegetativos (disnea, taquicardia, sudación, etc.) y su síntoma máximo  es el estrechamiento epigástrico. Se vivencia como un sufrimiento que puede  llevar a una pasividad extrema (7). 
         
        La trama de emociones relatada por los  entrevistados incluyó en una medida significativa referencias a momentos de  ansiedad y angustia. Una de las informantes relató haber estado casi dos años  en un estado lindante con la inhibición en relación con la búsqueda de un  director de tesis. Esta estudiante no había iniciado la búsqueda de director,  pero no podía salir de la inercia en la que el temor al rechazo por parte de  los docentes y experiencias negativas de pares-respecto de las dificultades  para hallar un tutor de tesis-, la mantenían detenida en el punto anterior al  inicio de su proceso de elaboración.  
         
        Otros egresados manifestaron presión del  entorno familiar relativo a la finalización de la tesis, y el acceso al título  profesional, la cual, sumada a la propia, aumentaba la ansiedad. Ésta promovió un  grado de inmovilidad y de malestar que duraron meses o años, dependiendo del  caso. 
         
        Resulta  necesario señalar que, a pesar del tiempo transcurrido entre la finalización  del proceso de tesis y la entrevista para esta investigación, muchos de los  egresados que participaron del estudio tenían vivo el sentimiento de malestar,  de inquietud y desasosiego que vivenciaron durante la elaboración de sus tesis.  
         
        Del análisis  de las entrevistas surgió otro motivo generador de ansiedad durante el proceso  de tesis: la espera que implicó la evaluación y los señalamientos que indicaran  el nivel de logro alcanzado y las orientaciones para continuar. Este tiempo fue  descripto como angustioso, tanto cuando se habían entregado avances del escrito  al director, como cuando se entregó el informe final al jurado evaluador. En  algunos casos hubo que esperar meses para recibir comentarios y sugerencias  sobre lo producido. 
         
        Asimismo, en las entrevistas surgió la referencia  al miedo, que puede  entenderse como la situación de enfrentar un peligro, y un potencial daño para  el sujeto que lo experimenta. Según cómo se perciba esa situación de riesgo, se  generarán medidas defensivas para evitar o superar la intranquilidad. Entre los  orígenes de este temor puede mencionarse el generado por la incertidumbre de  realizar la tesis sobre un tema novedoso o que no resultada de interés para los  evaluadores. También produjo temor haber optado por un tema que revistiera  cierta dificultad, y que el tesista mismo se hubiera encontrado con la  “recomendación” de elegir un “tema más fácil”. El tesista en cuestión consideró  la dificultad de la tarea y sin minimizarla, se preparó para afrontar el  trabajo, logrando finalmente completarlo. Este tipo de experiencias permite  considerar que el miedo también puede tener un aspecto preparatorio para la actividad  que hay que emprender.  
         
        Otros  testimonios señalan la consciencia de los entrevistados sobre la necesidad,  reconociéndose como investigadores novatos, de contar con la presencia de un  docente, un asesor que guíe sus acciones, sus búsquedas, sus lecturas, su  organización del tiempo, sobre todo en el tramo inicial del proceso. La falta  de docentes o profesionales capacitados para cumplir el rol de tutor fue una  referencia frecuente entre los egresados que participaron del estudio.  
         
        El miedo a la  exposición, a hablar en público, en relación con el momento de la defensa de la  tesis, también fue mencionado por los entrevistados. Sin embargo, en ninguno de  ellos  llegó a tener un grado inhibitorio, sino que por el contrario, la mayoría  encontró recursos para atravesar ese momento de la mejor manera posible. Se  considera relevante mencionar que solo algunos  directores participaron en el armado de la defensa de la tesis con sus  dirigidos. La institución, al momento de realizarse las entrevistas, no tenía regulaciones  sobre este aspecto ni daba sugerencias a los directores en este sentido, al  menos formalmente. Esta etapa quedó librada a la capacidad de cada tesista para  generar sus propias estrategias(como por ejemplo simulaciones) y a que los  directores consideraran este aspecto “importante” e inherente a sus funciones  como tutores. 
         
        Igualmente, la frustración y el enojo  son dos situaciones intensas y desagradables. No necesariamente generan consecuencias  negativas para quienes las vivencian, pero conllevan un trabajo de elaboración  para poder canalizar la emoción, revalorizar la situación en la que la persona  se encuentra, y encontrar una salida creativa al conflicto que la originó. El  motivo de frustración que apareció relatado en muchos casos se originó por las  correcciones realizadas, ya sea en el proyecto de tesis, en el informe final y  en la defensa, como así también durante la realización de la etapa de  recolección de información. 
         
        En relación con los sentimientos  relevados durante la tesis finalmente se puede informar que realizar este  trabajo implica no solo pesares. Así lo expresaron los egresados que  manifestaron sentimientos de alegría, alivio, y aprendizajes de diverso tipo.  Estos testimonios estuvieron asociados mayormente en relación con el cierre del  proceso, puntualmente, con el momento de entregar el informe final. 
         
        Entre los tesistas  hubo algunos que pudieron dar cuenta de la complejidad emocional que vivieron  durante todo el desarrollo de la indagación. Esta complejidad podemos describirla  como un entramado de diversas emociones,  todas dirigidas hacia el mismo objeto, a menudo contradictorias. Mientras más complejo fue considerado el  trabajo de elaboración de la investigación, más variados fueron los puntos de  vista desde donde apreciarlo. Uno de los entrevistados dijo que hacer la  tesis “es como estar enamorado” aludiendo al entusiasmo que le había provocado  dedicarse al estudio de un tema de su interés. El mismo joven aseguró que también  implicó duelos, como por ejemplo, el “duelo del estudiante perdido”. Dijo: “te  transformas cuando terminas”.  
         
        Entonces, algunos relatos incluyeron  referencias a haber vivido la elaboración de su tesis de grado con mucha  angustia y frustración, pero esto fue acompañado o seguido por otro estado de cosas;  sin embargo, luego “vino la recompensa” o se experimentó “una sensación de gran  realización personal”. La referencia a  la recepción de los dictámenes sobre el informe final, la aprobación de la  tesis también fue descripta con mezcla de tintes: para algunos, la conclusión  del proceso incluyó la “sensación de vacío”. Según se explicó, esto se  comprende considerando el cambio de ritmo en la vida cotidiana una vez  finalizada la investigación. Luego de meses de esfuerzo y una voluntad considerable,  la finalización del esfuerzo ofreció al tesista mucho tiempo disponible que  había que volver a destinar a un nuevo trabajo. La alegría y la emoción de  haber completado la instancia de evaluación   y alcanzado el añorado acceso al título produjo en una de las entrevistadas,  cierta preocupación o incertidumbre respecto del futuro inmediato.  
         
        Por último, algunos  relatos hicieron clara referencia al cambio identitario que implica la  realización de una tesis. En coincidencia con este dato, Carlino (8) describe  como un rito de pasaje el tránsito de una etapa a otra. Éste consistiría en dejar  la formación de grado para ingresar al mundo profesional y académico, y entraña  una considerable conmoción subjetiva. En palabras de una entrevistada: “Se está  atravesando el proceso de la investigación como alumno, y sabes que termina eso  y sos profesional. Entonces, hay un montón de sensaciones y emociones que,  también, se relacionan con lo personal, también”. 
         
        Como todo pasaje de nivel, es necesario  que el tesista produzca ajustes para estar en condiciones de enfrentar las  nuevas tareas. Esto conlleva una exigencia que no pasó desapercibido para los  entrevistados. Una de ellas señaló que las tareas que se realizan como  estudiante avanzado de una carrera difieren mucho de las que requiere un  trabajo de investigación. Según otra entrevistada, hacer la tesis fue “un cambio de casete terrible”.  
         
        La condición de ser tesista apareció  como contradictoria en algunos entrevistados, quienes advirtieron tanto sus  claros deseos de concluir la carrera como la incertidumbre asociada con la  inserción en un nuevo ámbito profesional. Podría considerarse que el egreso es  un momento largamente añorado pero también desconocido. Así fue como en una  entrevistada junto a una “inmensa alegría” apareció la preocupación por pasar a  ser una “desocupada”.  
         
        Se puede concluir entonces, que las  emociones y los sentimientos de cada individuo afectan el modo cómo se valora y  se da sentido a las cosas, personas, situaciones o procesos.  Las  emociones son los motores de la acción humana, son los recursos para  enfrentarse a la vida y a sus múltiples desafíos. Respecto de las emociones  negativas se considera que pueden entorpecer el recorrido de la tesis  perturbando el camino que se está construyendo para poder lograr las metas en  este proceso de producción de nuevos saberes, por lo cual sería importante  identificarlas a los fines de poder neutralizarlas, trabajarlas, relativizarlas  en el grado posible según cada tesista.  | 
    
    
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      | 2.2 Las  motivaciones de los tesistas en sus procesos | 
    
    
      La motivación  puede definirse como una orientación activa, persistente y selectiva que caracteriza el  comportamiento. La misma es fuente de actividad y de dirección. Su  fin es resolver un estado interior de tensión. Asimismo, este término tiene la misma raíz  etimológica que “emoción”, que significa “ponerse en movimiento”. Podemos estar  motivados positivamente, para hacer algo que nos lleve a un premio, beneficio o  gratificación; o negativamente, para eludir un castigo, perjuicio o daño.  
           
          La motivación ha sido descripta también  según sus fuentes, las cuales pueden ser intrínsecas o extrínsecas, según Deci  y Ryan (9). Las primeras parten de nosotros mismos, de nuestro genuino interés  por alguna materia, mientras que las segundas provienen de nuestros amigos,  familiares, pares, o del entorno. En todos los órdenes de la vida, la  motivación es la clave de cualquier logro y progreso.  
           
          Para algunos entrevistados la  finalización de la carrera de grado resultó ardua porque implicó un trabajo que  permitiría articular una motivación externa (elaborar la tesis como última  instancia de formación) a una motivación intrínseca para dar cierre al proceso.  Para otros egresados, el rol que  cumplió la motivación intrínseca fue crucial frente a una tarea compleja como  es la realización de una tesis. Un fragmento que ilustra esta posición sería:  “Sentir ese proceso de  indagación como una posición pasional ante el deseo de saber”.  
           
          El compromiso favorece  la tarea investigativa. En algunos egresados esta compenetración con la  investigación de un tema de su propio interés permitió referirse a esa  experiencia mediante metáforas como la de “parir” esa producción, o ver el  informe final significado como “nacido” o “algo que formó parte de  una, ahora estaba ahí afuera”. 
           
          Para algunos  entrevistados la motivación fue de índole laboral. La insatisfacción en ese  plano impulsó el trabajo de la tesis. En algún caso, las demoras que podían  surgir durante ese proceso aportaron distintos grados de malestar. También lo  laboral estuvo asociado en algún caso con el anhelo por dejar la casa paterna.  Otros egresados asociaron el acceso al título universitario con la mejora de  las condiciones laborales (acceso a nuevas posiciones o mejoras económicas). 
           
          En  la realización de toda tarea, es necesario, entre otros recursos, disponer de  tiempo. Emprender una tarea  dificultosa, requiere dedicación para poder asimilar los aprendizajes que  permitirán ir resolviendo cada etapa; en el caso de entrevistados que  no dispusieron de tiempo, esta carencia funcionó como un factor de presión que  dificultó el proceso de la investigación, generando un clima de trabajo poco  grato.  
           
          La producción intelectual que conlleva  la realización de una tesis fue experimentada de dos maneras generales, según  pudo observarse. Por un lado, dependiendo el caso, se la significó como una  carga extra, cuando la familia no pudo ofrecer capital económico que relevara  de su obligación de trabajar durante la carrera, o al menos de la elaboración  de la tesis. Disponer de tiempo suficiente para la adquisición de los  conocimientos disciplinares –habitus disciplinar-, es una condición necesaria para la empresa de  acumulación de capital cultural.  
           
          Por otro lado, cuando la actividad se  pudo encarar con un genuino interés personal por aprender en esta etapa de  formación (motivación intrínseca) la apropiación de conocimientos teóricos y  prácticos se vio favorecida. En este sentido, quienes pudieron trabajar de este  modo tuvieron “sensación de seguridad  de lo que uno escribió, de lo que uno vivió”, y le permitió, en el momento de  la defensa de tesis, “hacerse cargo” de lo producido. Del mismo modo, otros  egresados ante la satisfacción del cierre del proceso, más precisamente de la  entrega del informe final de tesis, constataron interés por investigar en  nuevas ocasiones y consideraron la experiencia como un logro personal.  | 
    
    
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      2.3 Capital cultural y familiar de los tesistas  | 
    
    
      En este apartado se analizan las  manifestaciones respecto del capital cultural y familiar  de los entrevistados. Se hace referencia a  las características de los egresados en cuanto a su origen familiar y su  trayectoria escolar previa, ya que no todos los ambientes favorecieron de la  misma manera el recorrido universitario; tampoco fueron coincidentes las  expectativas con que se ingresó a la educación superior. De los treinta y un entrevistados,  veintinueve brindaron información sobre el grado de educación de sus padres y  familiares directos. Entre ellos, veinticuatro son los primeros de su familia  en acceder a un título universitario de grado que requirió la realización de  tesis. Fueron pocos los entrevistados cuyos padres completaron educación  superior no universitaria. Incluso eran escasos los que habían completado el  nivel secundario.  
           
          En concordancia  con lo recién mencionado, la mayoría de los padres de los tesistas no tenían  ninguna referencia sobre el tipo de trabajo que la misma conlleva, con lo cual  no podían legar representaciones sobre el desafío que requiere elaborar una  tesis, o inculcar prácticas que estructuraran un habitus sobre este quehacer académico.  
La  conceptualización sobre el capital cultural incluye tres dimensiones. El  primero es el capital cultural incorporado, que Bourdieu (10) define como una  disposición duradera del organismo. El mismo supone un compromiso de  inculcación y de asimilación; asimismo, demanda tiempo, el cual debe ser  invertido personalmente.  
 
En distintas  entrevistas se hizo referencia al capital cultural incorporado y el papel de la  familia en este tipo de herencia, el cual se manifestó mayormente en reconocer que  los padres valoraban positivamente el hábito de la lectura. Se pudo advertir  que el “amor a la lectura” fue identificado por los entrevistados como una  influencia beneficiosa a la hora de encarar  un trabajo de envergadura como es  una  tesis de grado.  
 
Para Torres  Frías (11) la formación -la elaboración de la tesis es la última instancia de  formación en el grado-, es una función orientada a dinamizar el proceso de  transformación de la persona, de evolución de sus posibilidades y capacidades.  Esta transformación exige dedicación por parte del sujeto sobre sí mismo, pero  como dice el propio Bourdieu  “[…] la  apropiación del capital cultural objetivado –y, con ello, el tiempo necesario  para realizarla- depende principalmente del capital cultural incorporado en el  conjunto de la familia” (10: p.216). 
 
Respecto del segundo modo  de capital cultural denominado objetivado, es decir, aquel que puede heredarse  materialmente a través de bienes como libros, diccionarios, pinturas,  esculturas, instrumentos, etc., no surgió en las entrevistas. Este tipo sí  puede heredarse, pero para su aprovechamiento el sujeto debe contar con un  bagaje cultural incorporado para poder extraer de ellos el beneficio.  
 
Finalmente, el capital cultural  institucionalizado, forma fundamental del capital cultural, materializado en  diplomas otorgados por distintas instituciones universitarias al finalizar la  carrera de grado, no puede ser legado, ni comprado, sino que debe ser adquirido  por cada individuo. Este tipo de capital fue mencionado solo por cinco  entrevistados; los demás egresados no contaron con un familiar que hubiera  realizado una carrera de grado con tesis.  
 
En las dos últimas décadas y con las modificaciones  en la Ley de Educación Superior, aumentó el número de carreras que imponen como  requisito de finalización la realización de una tesis de grado. Haciendo  hincapié en el modelo universitario profesionalista que tienen muchas carreras,  se accede a los títulos de grado sin realizar una tesis. Esto genera que muchos  egresados no cuenten con referentes familiares que hayan atravesado este  proceso porque finalizaron carreras tales como abogacía, ciencias económicas,  medicina, o ingeniería, entre otras.  
 
En relación con los distintos entornos  familiares de los que provienen los egresados, encontramos dos ejemplos de  valoración inculcada por la familia con respecto al estudio, con  características diferentes. Que los padres no hubieran realizado una formación  universitaria no condice con no reconocer el valor de la formación, ya que hubo  entrevistados cuyos padres no accedieron al estudio en el nivel universitario  pero lo valoraban hondamente, así como hubo otros que, en palabras de los  informantes, prácticamente impusieron este camino.  
 
Otras familias de entrevistados  permitieron observar falta de comprensión de las particularidades que presenta  este trabajo.  
El capital  familiar es la red de vínculos que sostienen a los sujetos a lo largo de un  proceso. Algunos egresados llevaron a delante su tesis con autonomía, sin  necesidad de un acompañamiento por parte de su familia.  
 
En referencia a los apoyos familiares, se observó   que en muchas entrevistas la familia   se hizo presente mayormente brindando contención y aliento en los  distintos momentos del proceso, en especial cuando las cosas no salían como  esperaban los tesistas. Otra  actitud familiar que algunos tesistas consideraron un apoyo consistió en  acompañar, silenciosamente, sin presiones, ofreciendo espacio y tiempo para dedicarse  a las actividades relativa a la investigación, además de participar más  activamente en otros momentos brindando apoyo económico y facilitando contactos  para la realización de las distintas etapas. También hubo un acompañamiento  de este tipo brindado por pares o compañeros de trabajo.   | 
    
    
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      2.4 Los aprendizajes alcanzados en la realización de  las tesis   | 
    
    
      El recorrido por las experiencias permitió hallar referencias  sobre aprendizajes académicos, profesionales y personales alcanzados por los  entrevistados durante la elaboración de la tesis. La mayor cantidad de  referencias respecto de los aprendizajes alcanzados se relacionó con cuestiones  académicas, principalmente con la actividad investigativa. Sin embargo, también  hubo referencias al desarrollo de recursos subjetivos, como por ejemplo la  perseverancia, todos ellos necesarios para la concreción del trabajo. 
           
          En este sentido, podrían ubicarse tres  aspectos del aprendizaje identificados en las entrevistas: el primero ligado a  lo académico, el segundo asociado a la preparación para el desarrollo de la  profesión, y el tercero, un proceso de índole  más bien subjetiva que podría expresarse en términos de una maduración personal  alcanzada en su proceso de tesis. También, se hizo alusión en las entrevistas a  haber aprendido de los “errores” y las “adversidades”.  Esto nos permite considerar significativo que  se asignara un valor positivo a ciertos momentos en que surgió la angustia. 
           
          Algunas experiencias compartidas en las entrevistas  permiten considerar que la finalización de la formación de grado mediante una  tesis, abonó el interés por seguir investigando, como se ha mencionado más  arriba. Incluso de afrontar desafíos como escribir un libro. Asimismo, las  dificultades que generaron malestar durante su proceso se transformaron, en algunos  casos, en una actitud solidaria durante el trabajo de tesis de pares.  
           
          Otra egresada rescató un desarrollo mayor de su perspectiva  crítica durante el desarrollo la tesis. Estas habilidades son necesarias para  la actividad investigativa y es esperable que se despliegue en mayor medida  durante la misma. El término habilidades es considerado como pertinente para  pensar la transformación que acontece en quienes se inician en la práctica de  investigar. Las investigadoras Mancovsky y Moreno Bayardo (12) diferencian el  término “habilidades” de “competencias”, en tanto éste último –aunque no haya  acuerdo universal al respecto-, se asocia a un cierto manejo técnico.  
           
          Moreno  Bayardo entiende que lo que debe favorecerse en quienes se inician en la  investigación, como es el caso de los tesistas de grado, es el desarrollo de  “habilidades investigativas”. Esta construcción de habilidades investigativas  se propicia en el marco de una experiencia, como la de elaborar una tesis, en  tanto en esa experiencia es posible efectuar un análisis y una reflexión  mediante la que se favorezca que una aptitud se transforme, progresivamente, en  una habilidad. Gradualmente, mientras la persona siga desplegando esas  habilidades, alcanzará un mayor grado de calidad en el trabajo que se realiza.  
           
          Dos aspectos identificados por los tesistas como  favorecidos durante el proceso de tesis fueron: por un lado, mencionaron haber aprendido  sobre escritura académica, y, por otro lado, encontraron su propia voz, una  posición singular sobre el tema indagado. Incluso algunos de los temas  estudiados en las tesis significaron una primera puerta de acceso a su  desarrollo profesional, pues el proceso favoreció volverse un referente en el  área temática investigada.  
           
          Sin embargo, estos aprendizajes no trajeron aparejadas una  práctica valorada en el ámbito académico como es la publicación de artículos a  partir del informe final, o de algún capítulo del mismo. Es usual para muchos  profesionales presentar ponencias o participar en publicaciones especializadas  con artículos producido a partir de las investigaciones en las que  participaron. En el caso de la muestra con la que se trabajó en esta  investigación, solo dos tesistas elaboraron artículos relacionados con su tesis  para revistas científicas. Este dato coincide con el estudio de Carlino (13)  que dice que muy pocos egresados publican las tesis y producen textos nuevos a  partir de su reescritura. 
           
          Entre los  entrevistados hubo tres de ellos que tuvieron posibilidad de realizar una tesis  grupal. Los tesistas que elaboraron la investigación en equipo, dieron cuenta  de los beneficios del acompañamiento grupal. Mencionaron dos ventajas: la  primera consistió en el acompañamiento durante un proceso de trabajo  intelectual novedoso y exigente; la segunda fue poder resolver dificultades con  otros. El conocimiento científico, sistemáticamente construido es siempre una  producción colectiva.  
           
          El trabajo conjunto favorece la socialización de las prácticas,  de los valores de la comunidad en los principiantes. Los aprendizajes que pueden  producirse mediante el esfuerzo colectivo agregan riqueza  al proceso por la posibilidad de contar con la mirada y el aporte de otros  miembros del equipo.  
           
          Mientras los tesistas de grado enfrentan tareas novedosas y  complejas, deben hacer carne un nuevo rol: el de investigador. Esta nueva  posición respecto de la relación con el conocimiento que tiene que ver más con la producción del mismo que con su asimilación o  reproducción, se asocia con otra de las habilidades investigativas que Moreno  Bayardo señala que la interacción humana es constante y sin embargo, en sí  misma, no prepara para el trabajo grupal, para el intercambio enriquecedor, a  pesar de que éste se oriente en intereses conscientemente compartidos.  Entonces, no solo es relevante que cada miembro de un grupo esté dispuesto a iniciarse  en aprender un oficio con otros, sino que no pierda de vista que el objetivo  final de un trabajo de investigación es intentar ofrecer caminos mediante los  cuales transformar algún aspecto del mundo compartido. Moreno Bayardo rescata  la idea de que el desarrollo de la habilidad para socializar el conocimiento va  de la mano del deseo de saber hacer, pero también del deseo de transformar y de  dialogar, lo que puede significar la asunción de una ideología compartida.  Estas ideologías solo pueden compartirse en un marco de trabajo colectivo.   
           
          Otro aprendizaje identificado por algunos entrevistados fue  la relación entre lo producido y la evaluación que se hace del mismo. El  proceso de tesis tiene diferentes instancias de evaluación. La primera de ellas  valora el proyecto de tesis. Y luego, una vez iniciado el desarrollo de las  distintas instancias (preparación de los instrumentos de recolección de  información, análisis de los resultados, escritura del informe)el tesista  recibe devoluciones sobre sus avances, los cuales tendrán distinto grado de  logro. Frente a las consideraciones sobre lo que se va produciendo  gradualmente, las reacciones de los tesistas no siempre fueron receptivas, en  el sentido de que en algunos casos, les llevó meses poder considerar  sugerencias, señalamientos, observaciones o correcciones. Poder considerar una  evaluación como un aporte al trabajo que se está realizandodemandó, en algunos entrevistados, un aprendizaje personal.  Esto puede explicarse considerando el hecho de que, en general, los estudiantes  no cuentan con experiencia en evaluar ellos mismos sus producciones, lo que  favorecía mayor tolerancia a comentarios sobre su trabajo por parte de algún  evaluador. Varios egresados manifestaron dificultades en este sentido.  
           
          Ya se ha mencionado que la implicación afectiva con el  propio trabajo, es condición del esfuerzo que conlleva elaborar una tesis. Sin  embargo, pareciera que el compromiso con el estudio de la matriz conceptual, las consideraciones metodológicas o la  habilidad para exponer los resultados, etcétera, a veces queda rezagado  respecto de ese compromiso afectivo. Hacer conciencia sobre los aspectos  débiles u obstaculizadores del estudio que se desarrolla también debe ser  considerado como una dimensión de los aprendizajes esperables que surgen en los  proceso.  
           
          Mayormente, lo que provocaron las evaluaciones fueron comentarios  que darían cuenta de una escasa experiencia de devoluciones anteriores favorecedoras  de una mirada reflexiva sobre el propio desempeño. En este estado de cosas,  muchas de las referencias sobre el impacto causado por las observaciones o  señalamientos fueron significadas como subestimaciones de las personas de los  propios tesistas. Esta situación pudo ser sorteada, pero demandó más o menos  tiempo para volver a centrarse en lo que era necesario revisar.  
           
          En este sentido, es interesante rescatar la mirada de  Mancovsky (12) quien considera la transformación de la persona en formación de  la mano de una tarea reflexiva durante todo el proceso; entonces, paralelamente  al aprendizaje y el trabajo de investigación y escritura, sería provechoso que  el tesista se pensase asimismo. Para esta investigadora, la formación en  investigación conlleva esfuerzos que no terminan en la adquisición de un  sistema nuevo de saberes, sino que invita a “provocar cambios de  comportamientos, métodos, representaciones y actitudes” (12: pp.16). Esta  perspectiva se apoya en aportes que consideran a la formación siempre entramada  a una intención, la cual implica, a su vez, una elección, tomada desde lo más  profundo de ese sujeto; Beillerot, citado por Mancovsky y Moreno Bayardo,  afirma con fuerza que quien se forma lo hace a costa de su curiosidad y su  deseo, los cuales permiten soportar pruebas, entre las cuales cuenta el trabajo  de transformación identitaria. 
           
          Distintos artículos de Carlino  (13 y 8) han comunicado este cambio identitario que acontece en los  tesistas durante su proceso de investigación. En los procesos de tesis la  identidad del sujeto-tesista sufre un cambio de estado que se experimenta en  dos planos: el psicológico y el discursivo. Realizar una tesis implica un  cambio personal, ya que exige el replanteo de quién ha sido ese tesista, quién  es y en quién devendrá. Incluso, es oportuno considerar que el acceso a un  título conlleva una expectativa de ascenso social, que produce una  transformación del yo frente a otros. En definitiva, estos atravesamientos dela  evaluación que impactan en el plano personal -dependiendo de cada caso-,  también provocan resonancias en distintos momentos del proceso de elaboración  de la tesis. 
           
          En otras  ocasiones, el malestar que provocó la instancia de evaluación del informe final  se relacionó con la demora en los tiempos de las correcciones. Según la  expresión popular, el que espera, desespera. Esto señala una situación en la  que el evaluado queda a expensas de tiempos ajenos, que pueden generar ansiedad  o angustia en algunos casos. Tal como ya se consideró, la evaluación enfrenta  al tesista al potencial pedido de modificaciones, lo cual alarga los tiempos  del proceso y puede desgastar la motivación individual. También es cierto que  los pedidos de corrección no siempre son formulados de manera detallada o  explicitando claramente lo que se espera, o de qué manera, o con qué recursos  lograrlo. Puede observarse, variadas son las posibles fuentes de “resistencia”  a las evaluaciones que puede recibir un informe de investigación.        | 
    
    
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      2.5 Darse cuenta y hacerse cargo de los procesos de tesis  | 
    
    
      Desde la teoría de la Gestalt, Perls  (14) definió el proceso de “darse cuenta o toma de conciencia” (awareness) como la capacidad que tiene  una persona para reconocer lo que está sucediendo dentro de sí misma y en el  mundo que la rodea.  
           
          Darse cuenta significa tomar conciencia de sí mismo, de lo  que se es, de las actitudes, del tipo de relación interpersonal que se mantiene  con los otros en el aquí y ahora. En otras palabras, el darse cuenta le permite  al sujeto, ponerse en contacto con los objetos y acontecimientos del mundo que  lo rodea, consigo mismo y con sus propias fantasías. 
           
          El primer paso de este proceso consiste  en determinar cómo se establece el encuentro con los otros, con el medio y con  uno mismo. El segundo paso es centrarse, ya que cada sujeto es el eje y motor  de aquello de lo que se ha dado cuenta.  
           
          Finalmente, el hacerse cargo tiene que  ver con valorar el propio actuar y con tomar una nueva dirección, para retroalimentarse  y cambiar. De esta manera se pone de relieve la transformación de quien se  aboca a un trabajo potencialmente transformador como puede ser aprender, en  términos generales, o en un proceso particular de aprendizaje como el que se  pone en juego al elaborar una tesis de grado. 
           
          Varios de los entrevistados pudieron contar  su experiencia desde sí mismos, es decir, reflexionando sobre su proceso y  haciéndose responsables de él en diferente grado. A lo largo de las particulares  trayectorias, se encontraron referencias sobre “darse cuenta” de que la tesis  tiene dos recorridos: uno teórico y metodológico, y otro subjetivo. La  entrevistada que hizo esta referencia celebró haber podido integrar ambos  aspectos, lo que le permitió, a su entender, que pudo sortear los obstáculos  propios de toda investigación, y al mismo tiempo, disfrutó del proceso. 
           
          Este “darse cuenta” se asoció también  con el protagonismo en el propio proceso de investigación; concebir el propio  rol de este modo permitió, a algunos tesistas actuar como proveedores de los  recursos necesarios durante el trabajo; a su vez, asumir la función, los  tiempos del proceso de investigación, pudieron aprovecharse para encontrar un  “pensamiento propio”.  
           
          Darse cuenta de que el proceso de tesis  tiene aspectos ventajosos, más allá de que sea un requerimiento institucional,  puede contribuir a hacerse cargo de esta tarea desde una perspectiva interesante,  genuinamente enriquecedora. Cuando este fue el modo, algunos entrevistados advirtieron  “sensación de positividad y alegría”, disfrutaron el proceso, desarrollaron estrategias  más creativas, así como compartieron su experiencia con otros. Los relatos de  quienes pudieron atravesar su proceso de tesis con una mirada de crecimiento  interior y de fortalecimiento personal, incluyeron referencias a aprendizajes,  emociones, autonomía e implicación con la investigación realizada. Inclusive,  fue posible significar la propia experiencia de investigación como punto de  partida para otras actividades académicas.  
           
          Sin embargo, no todos los relatos  aportaron referencias a “darse cuenta” para poder “hacerse cargo” durante la  elaboración de la tesis. Una de las participantes del estudio advirtió, durante  la entrevista, haber encarado la tesis sin acompañamiento del director o de la  institución, ni recursos suficientes. Sin haber advertido a tiempo la  importancia del rol del director durante un trabajo de estas características,  describió el vínculo con el tutor como “amigable”; solo tardíamente distinguió  que esta condición no era suficiente, y por lo tanto no se dirigió a esta figura  para solicitar colaboración u orientación. 
           
          Por el contrario, otra entrevistada mencionó haber  detectado aspectos personales que funcionaban como obstáculo en su proceso de  elaboración de la tesis, lo que la resolvió a trabajar sobre ellos. Así fue que  pudo, sobre la marcha, producir modificaciones necesarias para poder potenciar  su proceso de investigación y de escritura del informe.  | 
    
    
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      | 2.6 Otros aportes individuales que inciden en los  procesos de tesis | 
    
    
      Con  relación a los aspectos individuales que facilitaron y obstaculizaron los  procesos de tesis, fue posible identificar, en la mayoría de los casos, el  sentimiento de soledad. Éste, a su vez, generó angustia y ansiedad, lo que  lentificó o paralizó el trabajo, dilatando los tiempos. 
           
          Esta  situación pudo vincularse con el hecho de que la tesis se presentó como una  experiencia “novedosa”, “desconocida”. Recorrer una ruta sin mapas ni  referencias suficientes, dificultó también visualizar el valor de los  aprendizajes adquiridos durante  esta  etapa de la formación académica. 
           
          Sin  embargo, en algunos casos, este mismo sentimiento operó como movilizador de  estrategias para “sobrevivir” a la experiencia: entre ellas fueron mencionadas  la iniciación de una terapia individual –no solo motivada de las dificultades  en el proceso de tesis-, o considerar distintas estrategias para “libidinizar  la tesis”, es decir, para poder pensarla como valiosa y productiva, y encontrar  así motivación para afrontar distintos obstáculos. Simultáneamente, en algunos  relatos, esta instancia de la formación de grado pudo ser asumida como una  oportunidad de madurar e independizarse, de ensayar ideas propias y de manejar tiempos  distintos a los propuestos por el cursado de la carrera de grado. En estos  casos operaron como un soporte de relevancia el deseo de saber, de cerrar una  etapa o, por ejemplo, modificar la propia situación (de estudiante,  independencia económica, de trabajo no deseado). 
           
          Un  elemento facilitador sin dudas fue el apoyo familiar (emocional, económico) que  suple, en ocasiones, otro tipo de apoyo como es el capital cultural, vinculado esto  al hecho de que muchos de estos tesistas eran el primer universitario en la  familia.  | 
    
    
    
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      3. Conclusiones | 
    
    
      Para finalizar, es importante señalar  la necesidad permanente de indagar y reflexionar sobre los procesos de tesis  para advertir, por ejemplo, si las emociones negativas asociadas a ese trabajo funcionan  como obstáculo durante la elaboración de la misma y/o también minan la  posibilidad de iniciar en el futuro otras carreras, además de favorecer la  propagación de una visión negativa sobre este modo de finalización de una  carrera. 
           
          Asimismo, es pertinente invitar a las  instituciones a propiciar la generación y sostenimiento de dispositivos de  acompañamiento a estos procesos, tanto para los propios tesistas, como para  docentes que se inicien en la compleja tarea de dirigir, de enseñar a  investigar y de escribir. En caso de contar con estos espacios institucionales,  sería favorable dar la importancia que tiene el hecho de poder socializar las  preocupaciones individuales, ya sean de orden personal en relación con las  capacidades para el desarrollo del trabajo o de orden teórico o metodológico,  pues ambos podrían obstaculizar el proceso intelectual complejo que conlleva la  investigación y la escritura del informe final.  
           
          Respecto del capital familiar y  cultural, en una universidad joven como la UADER, será frecuente por algunos  años más la ausencia de referencias familiares directas vinculadas con las  tesis. La mayoría de los estudiantes, como ya se mencionó, serán los primeros  egresados universitarios con este modo de acceso a un título, situación que sin  duda tiene sus repercusiones a lo largo de todo el proceso. Por ello, fueron  muy importantes los apoyos que recibieron de su entorno más próximo, sobre todo  de sus pares, para poder avanzar y lograr el objetivo de recibirse. 
           
          Otro aspecto a señalar, es que para  muchos egresados, el trabajo de producción de la tesis concluye en el momento  de la defensa del informe final. Son escasos los egresados que tienen la  intención de publicar sus resultados o reflexiones sobre éstos en medios  especializados. La ausencia de este tipo de experiencias señala que la  comunicación del conocimiento producido aparece en las experiencias de los  tesistas de grado como algo separado del proceso de investigación. Qué rol les  cabe a las instituciones y a los directores de tesis en este asunto, es un  posible punto de partida para próximas reflexiones.  
           
          A partir de estos dichos se puede  considerar entonces que el desarrollo de la capacidad para percibir el propio  mundo cognitivo y emocional, es un elemento clave en el proceso formativo del  egresado. Muchos tesistas lograron ubicar aspectos personales durante su  experiencia de tesis, advertir lo que les estaba sucediendo, lo que estaban  sintiendo y percibiendo, por lo cual se afirma que se dieron cuenta de su  protagonismo y desde esa posición se hicieron cargo de su proceso de tesis. 
Puede sintetizarse que variados  aprendizajes fueron adquiridos en el proceso de tesis, ya sea que se  diferenciaran en personales, académicos y profesionales. 
 
Desarrollar la paciencia y la tolerancia a la  frustración durante el avance en distintas etapas del estudio, junto a aspectos  más técnicos como el aprendizaje de la escritura académica, advertir la  relación entre los conceptos teóricos y la elaboración de guías para la  entrevista o analizar la información relevada, no fueron parte de las  expectativas al inicio del proceso de tesis. El aumento de estas habilidades  académicas, en términos amplios, fue algo inesperado. Sin descuidar el hecho de  que todos los sujetos entrevistados lograron finalizar sus tesis, podemos  afirmar que esta experiencia favoreció una serie de aprendizajes tanto a nivel  académico como personal. La capacidad de “darse cuenta” del proceso otorgó un  plus al aprendizaje vivido.        | 
    
    
    
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      Referencias | 
    
    
    
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