Participaron en el inicio del proyecto sobre inmigración, profesores y estudiantes de las escuelas secundarias y de los Institutos Terciarios Nro. 1 de Avellaneda y Nro. 43 y 153 de Lobos, y miembros del equipo de investigación de IUSAM, los que realizaron el trabajo de campo y los análisis sucesivos desde la metodología de la historia oral y desde la documentación encontrada en los museos y en las familias [7-8].
La idea que nos guió en las primeras investigaciones sobre los migrantes fue visibilizar personas y procesos que se habían ido invisibilizando y que sin embargo atravesaron la construcción de las identidades locales en sus respectivas comunidades. Además, algunas investigaciones que se realizaron en contextos escolares dieron cuenta de un proceso que suele estar oculto para la mente del adulto y sin embargo ser visible para los niños y jóvenes: la presencia en la escuela de un alumno migrante en duelo.
Teníamos como propósito dentro del ámbito educativo reunir insumos para un programa preventivo del cuidado de la salud integral de la población actual, y en especial del migrante de hoy.
El conocimiento de lo que hicieron quienes proyectaron su vida entre nosotros, nos permitió acceder a los recuerdos de esas personas que “nos pensaron antes de que nosotros podamos pensarlos a ellos”; con lo que se conforma la memoria colectiva.
En esta oportunidad, con la autobiografía en estudio, ponemos el acento específicamente en el impacto de los duelos en la subjetivación del migrante.
Respecto a los duelos en las migraciones
Su inicio es impreciso, aunque es posible identificar indicadores de su presencia y se puede observar que se prolonga en el tiempo y en ocasiones no termine nunca. Puede impulsar estrategias para sostener y desarrollar una vida con propósito, así como convertirse en un proceso transgeneracional que promueve vidas fantasmales, en ocasiones, vidas con mucho sufrimiento que requieren asistencia.
Como se pudo observar, los indicadores se sitúan en un conjunto de vivencias y experiencias que se anudan en un sentido: cambiar un estado del existir por otro más prometedor. Y lo que pudimos encontrar fue la búsqueda de una vida propia, el derecho a la fuga ante una organización social asfixiante, de interacciones sociales que restringen la libertad de elección en el propio paese.
Se identificaron desde investigaciones anteriores, algunos “indicadores” de la presencia de un duelo en curso, tales como:
- Reafirmación del sentimiento de continuidad del sí mismo, recreando los prejuicios de la tierra natal, así como el sostenimiento de santos, mitos y costumbres.
- La construcción de una “argentinidad relativa” en la subjetividad del migrante. No se nacionalizan, aunque la mayoría no volvería a vivir a Italia. Aceptan que sus hijos sean argentinos.
- Vivencia de insatisfacción y de reclamo, a través de quejas, enojos, sensaciones de una deuda impaga sea desde Italia o desde Argentina.
- Búsqueda de reconocimiento
- Necesidad de preservar entre otras la identidad de trabajador. La sobrevida psíquica social se organiza en base al trabajo constante.
- Algunas pérdidas como por ejemplo la de parientes cercanos con los que se ha migrado o de los que permanecen en el lugar de origen resultan casi no elaborables, aunque ello no atraviese necesariamente los logros laborales o sociales.
- El matrimonio generalmente endogámico y una prole numerosa (sobre todo en las migraciones más antiguas y de vida rural) constituyen un enclave de la identidad: constituyen el lugar país.
Una sorpresa fue encontrar a mediados del siglo XX experiencias de vida cuasi-arcaicas, esto es, matrimonios concertados por otros que ocurrían paralelamente a la lucha, en otros escenarios, por el amor libre desde el movimiento hippie. Lo entendemos como parte de la lucha por la vida para transformar el duelo en una experiencia más satisfactoria, aún en 1960.
Pese a que se ha avanzado en el conocimiento de los duelos continuamos investigando esa dimensión de la existencia. Consideramos como dice Bachelard que las ciencias sociales están en estado de arrepentimiento intelectual ya que nos acercamos a la búsqueda de la verdad, pero son más las sombras que quedan que lo dilucidado [9].
Categorías identificadas en los duelos en la investigación actual
a) La decisión del migrar: el contexto subjetivo que impulsa a partir
León y Rebeca Griberg [6] en 1984 así como Yañez [10] en el 2000, mencionan entre los factores necesarios para la decisión de migrar, las condiciones materiales y ciertas condiciones subjetivas, sociales, familiares y de personalidad, que impulsan “la salida”. Esto ligado generalmente al deseo de progreso y a algún mito sobre el lugar al que se va, por ejemplo “hacer la América”, sustentado en la idealización de algunos procesos y circunstancias.
El protagonista transmite la sensación de sentirse un buscador realzando su valor mítico. Sin embargo, un buscador puede que haya sido pensado antes por el Estado ya que como dice Kaes [11] las instituciones piensan a las personas antes que estas puedan pensarse a sí mismas, lo cual constituye una violencia para el individuo. En este caso cuando decimos Estado nos referimos tanto al Estado de donde se migra como al Estado de arribo.
El duelo está inscripto en la misma decisión del partir por la imposibilidad de cumplir con los ideales, por la imposibilidad de soñar un proyecto, con lo cual el duelo no comienza necesariamente con la separación de las personas o del lugar sino con la desesperación y al mismo tiempo la esperanza por dar lugar a las realizaciones de una vida, lo que se puede ubicar en torno a los ideales. Cuando nos cuenta [en la reproducción del texto de la autobiografía respetamos la grafía original] algo de su historia infantil afirma que fue “… a la escuela durante la estada de mi padre en América y cursaba el tercer grado elemental cuando en junio de dicho año, 1890 obtuve la promoción y pasé para el 4to grado. Mi padre… había vuelto al campo arrendando una parcela a diez años con carácter de mejorar.”
El padre era agricultor y retornó a Italia en 1890, después de cuatro años de estar en Argentina, por temor a la revolución, según declara más adelante. Esto coincide con el éxodo masivo de inmigrantes, que se produce en esa época por la crisis económica y política de Argentina, que se corrobora desde la historia para esa fecha [12].
Podemos pensar que el padre, representado como un hombre inseguro en la mente de su hijo, retorna a lo que vivencia como su zona de seguridad: el hogar y su paese
Dios quiso que vino en mi ayuda una familia vecina, [de maestros] y tanto hicieron que al abrirse las clases en septiembre obtuve el consentimiento de volver a la escuela: a condición de que tratara en lo posible de prestar la ayuda posible a mi padre; … de manera que a los 14 años cumplido he cortado el estudio y al campo en ayuda de mi padre.
Para cada acto decisorio se necesita un origen, un comienzo. Los límites de nuestras posibilidades como seres humanos son los que nos llevan a buscar y encontrar una escena y una posición del sujeto en un origen, en un antepasado, en un progenitor originario, en un mito. Ello funciona como un anclaje subjetivizante, defensivo contra “esta pérdida de sí en un espacio que, si llega a desparecer, nos pone frente al caos” [11]
El relato es asimismo un indicador de la importancia que el nuevo Estado daba a la educación, para las operaciones de nacionalización de sus habitantes y de la compenetración de los maestros respecto del ideal de Italia, para promover identificación nacional y el progreso de las personas.
Estos cambios que repercuten en la subjetividad, van influyendo en la identidad y la autoconfianza. El joven está realizando un trabajo que sobrepasa sus capacidades físicas y además desea otro tipo de vida, vida con la que se contacta a partir de la educación recibida y los desplazamientos a la ciudad, que refiere en el diario.
una terrible pelada lo había invadido [al padre] sin estar enfermo y trabajando siempre, en menos de dos meses no le había quedado un solo pelo nel cuerpo, triste fue el resultado…a todos nos ocasionó malestar, pero yo que como venia diciendo no me agradaba el campo sino que a dura pena atendía los ruegos de mi madre a seguir a acompañar mi padre; pero fue inútil; entre a pensar en emigrar … quiso darme más entusiasmo y insistir a emigrar y luego yo mismo atraería hacia mi la familia toda”.
El relato remite a un hombre debilitado física y psicológicamente para volver a desplazarse, mientras que el hijo toma conciencia de que están en un camino sin salida, que le conviene emigrar, y que las vicisitudes de la vida de su padre pueden funcionar como profecía que hay que transformar .
b) La subjetivación desde la construcción de mitos en los procesos de duelos: Argentina “yo te he soñado”. Lo real y lo mítico
Algo de su cotidianeidad lo perturba y dice que “el trabajo como se practicaba [en su tierra le] resultaba un martirio… [a través de] la escuela y la vida en la ciudad… [su] pobre cabeza estaba en constante fantastiquiar pensando en la historia y la geografía [con la que había entrado en contacto a través de la lectura].
Además de la información libresca tenía noticias del país por su padre que había regresado, pero además circulaban cartas y rumores sobre las ventajas económicas, así como la mayor liberalidad de las costumbres en las tierras americanas, muchas veces teñidas de exageraciones.
Al inicio del diario el sujeto nos dice, “Me llaman José… me propongo redactar “mi vida vivida”
“…puedo contar en la actualidad [67 años, 1946] con una memoria propia de mi edad…y como nada voy a cobrar por lo que voy a narrar bien puedo estar seguro que se me ha de disculpar”.
La pregunta es: ¿Por qué no dice me llamo José? Entendemos que se sitúa a sí mismo en una escena donde hay una referencia a la mirada de los otros. Como dice Kaës encontrar una escena que nos subjetive, que nos ubique en un espacio que de lo contrario podría ser caótico [10]. Asistimos a una reconstrucción de una identidad que no quiere perder lo que traía y que no puede evitar la impregnación del nuevo ambiente.
Es muy importante para un migrante que partió de una zona de seguridad conformada por su “paese” hacia una zona de inseguridad y posiblemente de incomodidad en la sociedad de arribo, haberse compensado de ese desprendimiento con el “reconocimiento” que recibe de los otros.
En el análisis del diario de vida del Sr. José --un inmigrante italiano que se trasladó a la Capital de Argentina y luego a la zona rural de la provincia de Buenos Aires-- encontramos que a su relato lo llama “Mi vida vivida”. Está escrito en castellano y cada capítulo hace referencia a acontecimientos de su vida en las dimensiones familiar, laboral, y social. Formó parte del movimiento gremial agrario llamado Federación Agraria Argentina.
Acaso ¿hubo una vida no vivida?
Lo primero que se aprecia a través del análisis del diario es el trabajo del yo en la reconstrucción identitaria del sujeto. Sabemos que lo social estará presente en las funciones psíquicas que se despliegan (memoria, olvidos, silencios, pensamientos, fantasías, etc.) [13]. Más allá de que el sujeto tenga o no conciencia de esos procesos.
Cuando acentúa la idea de Mi vida vivida recordamos algunos conceptos de José Bleger [14] quien describió dos formas de funcionamiento del Yo: El Yo sincrético y el Yo individual.
El Yo sincrético alude a la presencia de lo institucional en el sujeto (familia, sociedad, cultura, lenguaje, mitos colectivos). El Yo individual hace un recorrido diferente, parafraseando a Sartre, se pasa la vida tratando de deshacer lo que otros hicieron con él.
En el relato cuando afirma “al campo en ayuda de mi padre…el trabajo del campo tal como se practicaba en aquellas comarcas me resultaba un martirio”, está tomando contacto con el niño y el joven que él mismo fue en otros tiempos y espacios, creando desde allí, una secuencia en la línea del tiempo que recorre su vida con las novedades que trae el trabajo del campo aquí, donde se acompaña de una vivencia de fertilidad que le proporciona satisfacción, o sea muy lejos de significar un martirio.
Sus primeras experiencias laborales son urbanas, pero después se desplaza a los ámbitos rurales y se preguntaba:
¿Por qué al campo?
Si he vuelto al campo lo fue por un impulso de la misma naturaleza mía… por cuanto nada definido llevará en mi ánimo, ¿sé que algo andaba buscando mi joven instinto…recordemos lo que había odiado al campo en Italia…ahora vuelvo al campo y a buscar qué? ni yo lo sé, lo que vendrá después Dios lo sabrá…y a probar suerte…
En el transcurso de su vida va construyendo su proceso de subjetivación asentándose en algunos mitos individuales, habla de “mi naturaleza” también dice “mi instinto”.
…sé que algo andaba buscando mi joven instinto se que mi continuo traslado de un lado a otro cambiando de oficio y patrones no me había decidido todavía en aceptar un sitio gustoso; pensaba siempre ir a otro lado, no me ha importado nunca pensar seriamente lo que dejaba ni lo que encontraría o haya encontrado luego…
La reconstrucción identitaria va haciendo un recorrido que se asienta en el mito de “su instinto” que parece guiarlo en el camino a seguir.
Por otro lado, el protagonista, al traer a sus padres y hermanos a vivir a la Argentina, crea otro mito, el de convertirse en el padre de sus padres y de sus hermanos y mitiga de esta manera el dolor del partir para siempre y sin retorno.
Su situación económica ya no le permitía mandar remesas a sus padres por eso dice: “yo les propuse que vendieran la casa, comparan pasajes… y yo los recibiría en mi casa”,para que vivieran con él.
Dice Meltzer [15] que la experiencia migratoria produce cambios de roles y ello afecta la estructura de la personalidad en el mismo proceso de adaptación al nuevo país.
¿Cómo y porqué los duelos parecen apaciguarse con la creación de mitos personales en los procesos de acogida en la sociedad de arribo?
Dice el semiólogo búlgaro Tzvetan Todorov en referencia a como es recibido el migrante: “Somos nosotros que somos bárbaros, en ciertos actos y actitudes que consisten en no reconocer la plena humanidad de los otros diferentes…. La barbarie nos amenaza a todos desde el interior”[16].
Trajimos este aporte para introducirnos en una comprensión de los mitos aún individuales, en función de que tienen por detrás prejuicios y discriminaciones que el sujeto ha sentido y también ha construido como prejuicios propios.
Mitos y prejuicios procuran suavizar las consecuencias de un dolor difícilmente elaborable. Son indicadores en estos casos de que algo sucedió en un momento y en un lugar, cuando la conciencia no contaba con suficientes recursos para poner en palabras tanto dolor, tantas expectativas, ideales, etc., tanto sentimiento contenido a duras penas
Pensamos que el proceso de duelo en el caso de este inmigrante se sostiene en el tiempo, y que en este devenir emergen los mitos personales. Dice Ana Fernández [17] que uno de los recursos en los que el mito basa su eficiencia es la ilusión de naturalidad, entonces todo beneficio o adversidad se toma como un fenómeno de la naturaleza y no de la cultura.
Los mitos que hemos encontrado en otras lecturas y entrevistas para cruzar con esta autobiografía son entre otros:
- Argentina, el paraíso de la abundancia, donde se desecha comida porque sobra y donde el agua fluye sin esfuerzo de los terrenos.
- El mito del mendigo que se vuelve millonario. Las fotos de los conocidos endomingados que deben enviarse a Italia. se envían a sus pueblos para lucirse ante vecinos y parientes.
- El mito del aventurero, del conquistador que se convierte en alguien, logrando un papel destacado en su nuevo escenario.
- El mito del caballero, que alcanza el honor, puede volver triunfante, aunque no vuelva definitivamente, puede construir una casa ampulosa o pagar una iglesia en su terruño natal.
Para el caso en estudio José formó parte de su comunidad desde un rol diferenciado, la representó en el incipiente movimiento agrario de los chacareros, dio clases de español a sus compañeros analfabetos en el campo, trajo a sus padres y a una hermana, y ayudó a la construcción de la asociación italiana en el pueblo en que instaló su hogar definitivo. Un mito puede constituirse en un impulsor que reúne motivaciones de un antes y de una actualidad psico socio histórica.
También comenta su accionar en las instituciones en que participa, su sacrificio personal, haciendo referencia al resquebrajamiento de su salud, aunque sin embargo reconoce su satisfacción “por ayudar a los humildes” con su habilidad para sortear las dificultades y salir airoso en el manejo de las mismas.
c) Los procesos vinculados a la dimensión espacial y temporal
El diario comienza en el presente con las consecuencias de la posguerra que toca otros duelos. En su paese, en medio del bombardeo de la segunda guerra mundial había muerto su hermana y la familia que esta formó.
Muestra el dolor por su patria vejada como si el escribir lo transportara en el tiempo y en el espacio a un momento que nunca presenció pero que siente vívidamente en carne propia. Las tropas invasoras son descriptas como afectando violentamente su identidad violada por los sucesos sociales. Repercute en su identidad como si el lugar de origen continuara siendo parte de su sí mismo y allí viviera aún. ¿Se tratará de un yo dividido que nunca podrá reunir sus partes? ¿Ese será un duelo interminable, se vive allá y se vive aquí, con una herida en su identidad italiana?
Hay una noticia que revive un recuerdo y pone en tensión la identidad:
…panoramas de la ciudad que el destino ha querido verlo destrozada de la pasada guerra europea y compañía, y digo porque tenemos que recordar que hasta los africanos de las mas bárbaras latitudes han estado en aquellas hermosas localidades y ironía moderna: que fueron a civilizar al pueblo italiano- hasta el Brasil ha tenido el privilegio de mandar sus hombre elegidos y completar así el cuadro horroroso, fácil de imaginarse que sería de las poblaciones de aquellas ciudades invadida o mandado invadir de las más bajas humanidad! (barbaros elegidos) a fin de que quedara entre las mujeres de aquellas desgraciadas localidades el fruto bestial del poderoso… Termino con esto dando término a un cruel recuerdo que el mundo perdone
Rápidamente como quien se aleja de una mala noticia, comienza luego a describir su juventud, escribiendo en tiempo presente como si se hubiera activado el Yo sincrético de la personalidad: El sujeto y su tierra natal. Es que el ser humano no puede a la manera de algunas especies contar con autotomía, o sea dejar una parte de su cuerpo en un lugar, parte que luego crecerá en su cuerpo nuevamente. Puede equivalentemente des identificarse, cosa que José logra en algunos momentos.
De esta manera se puede apreciar que una parte de la persona sigue viviendo en la ciudad natal, parece un trabajo de la memoria congelar una imagen del lugar en la época de la partida. Puede tratarse de una estrategia para estabilizar al sujeto durante el relato de lo ocurrido y que fue traumático como pérdida hasta que logre algún nivel de desidentificación.
¿Puede un trauma generarse desde una noticia en la que el yo participa desde su función sincrética y desde una importante distancia témporo- espacial? Este escrito hace referencia a algo que coloca como parte vivida en un espacio y tiempo donde no estuvo físicamente presente, que le permite presentar al otro de donde viene.
Los mecanismos mencionados crean una zona de seguridad para la subjetividad que re-experimenta desamparo y por momentos escribe como si estuviera en Italia.
Llama al texto “Mi vida vivida” y el lector investigador de a poco va entendiendo que hay momentos en que vive allí en su Italia natal a través de sucesos como éste, donde estuvo sin estar. Y luego vive aquí, aunque la vida no vivida podría ser la que hubiera transcurrido en su terruño natal
d) "Justificar" ante sí mismo la migración: el contexto que lleva a sostener la migración
Los migrantes jóvenes entrevistados, en el marco de otra investigación realizada en el ámbito escolar, como el caso de una estudiante dominicana y un estudiante italiano, suelen enuncian que sus padres han migrado para mejorar condiciones de vida, aunque no falta un migrante que dice que su padre perdió todo con la migración. Para justificar la migración aparecen descriptas por ellos estrategias tales como destacarse como estudiante. Para ellos destacarse es una necesidad, como si el país que se dejó adquiriera en el imaginario un alto valor y se deseara lograr su reconocimiento por los logros en la nueva comunidad de pertenencia [4].
Durante la trayectoria escolar, la escuela puede en algunos casos funcionar como una vitrina para mostrarse ante la sociedad de arribo [18].
En general los migrantes entrevistados tienden a construir un personaje desde el relato de vida, puede ser tanto un héroe que logra el éxito en la situación de ser un inmigrante como un antihéroe que supera inhibiciones, discriminaciones y logra el ascenso social a través de la escolaridad. O aparecer como vivo después de muchas adversidades a la manera del mito del Ave Fénix, tal como dicen los hijos de José en una entrevista que se mantuvo luego de la lectura del diario.
En esta autobiografía los diferentes capítulos llevan nombres muy particulares, a través de los cuales el lector asiste a los proyectos que puso en marcha José a lo largo de su vida: Mi primera fotografía; Al campo, Ahora con novia; Al fin casado, con una descendiente de italianos; Llegan mis padres así como menciona las adversidades que según él lo perseguían, por ejemplo, las langostas destruyendo sus cultivos. También se refiere a las muertes de sus parientes cercanos, como en Un triste recuerdo. Relata y titula sus avatares económicos que lo vapulearon con dificultades a lo largo de su vida.
El mayor acento está puesto en el trabajo de construir una familia de once hijos, en la que sostiene su identidad de sujeto creador y de sujeto de trabajo continuo. Así dice: “… como se ve si en finanzas no tenía progreso… en hijos batíamos el record… todos sanos… se venía preparando una familia modelo”.
La familia ampliada se constituye en el arraigo identitario y compensa la nostalgia con la traída de sus padres y una hermana.
Este análisis nos acerca a una dimensión desde la cual interpretar abuenadamente las vicisitudes de una vida, sin patologizarla y aprendiendo los recursos que un ser humano puede esgrimir para paliar los duelos, aunque estos nunca terminen. |
[1] De Certeau, Michel. Historia y psicoanálisis: entre ciencia y ficción. México: Universidad Iberoamericana, 2007.
[2] Willis, Paul: Aprendiendo a trabajar, Londres: Editorial Akal, 1917.
[3] Rokwel Elsie. La experiencia etnográfica: historia y cultura en los procesos educativos. Buenos Aires: Paidós, 2009.
[4] Huljich, Elsa, et. al. Sujetos y escuelas en EGB 3 y Polimodal. Rosario: Homo Sapiens ediciones, 1999.
[5] González Rey, Fernando. Sujeto y subjetividad: una aproximación histórico cultural, México: Thompson, 2002.
[6] Grinberg, León y Grinberg, Rebeca. Psicoanálisis de la migración y del exilio. Madrid: Alianza, 1984.
[7] Mansione, I.; Zuntini, L; Bentaberri, D. Recuperando la memoria colectiva. Lobos, 2009.
[8] Mansione, I.; Zuntini, L. El migrante. Subjetividad y Sociabilidad. En Jornadas Incontri e disincontri tra Europa e América”. Universita di Salerno, 2009.
[9] Bachelard, Gastón. La formación del espíritu científico. Buenos Aires: Siglo XXI Argentina, 1974.
[10] Yañez, César: Los mercados de trabajo americano. En: Fernández, A; Moya, J. La inmigración española en la Argentina. Buenos Aires: Biblos, 2000.
[11] Kaes, R. La institución y las instituciones. Buenos Aires: Paidós, 2002
[12] Devoto, Fernando. Historia de la Inmigración en la Argentina. 2a ed. Buenos Aires: Sudamericana, 2004
[13] Cuesta Bustillo, Josefina. La odisea de la Memoria. Madrid: Alianza, 2008
[14] Bleger, José. Psicología de la conducta. Buenos Aires: Eudeba, 1965
[15] Meltzer, Donald. Proceso psicoanalítico. Buenos Aires: Horné, 1976
[16]. Todorov, Tzvetan. Después del horror, la memoria y el olvido. En: El correo de la UNESCO, 1999, no. 12, v. 52.
[17] Fernández, Ana M. El campo grupal: notas para una genealogía. Buenos Aires: Nueva Visión, 1992
[18]. Baczko, Bronislaw. Los imaginarios sociales: memorias y esperanzas colectivas. Buenos Aires: Nueva Visión, 1984. |