Dialogamos para conocer las opiniones de los otros,  mismas que pueden (o no) ser diferentes a las nuestras. Ese intercambio de  ideas, de pensamientos, nos permite avanzar: consolidar nuestras creencias,  repensar realidades y trazar nuevas metodologías. 
         
Por un sentido de pertenencia (incluso de identidad)  dentro del mundo académico, es natural que dialoguemos con aquellos que  pertenecen a nuestra disciplina, ya que: manejamos los mismos códigos y  transitamos dentro de esferas teóricas cercanas (a veces opuestas). “Diálogos  inter y transdisciplinares en ciencias sociales” explora aquellos espacios,  cada vez más comunes, en donde la academia se libera de la mirada unilateral y  aborda una visión multilateral. 
 
En “Proyecto  Brasilia: mapeando una mirada interdisciplinar en coordenadas de ingeniería  social” Sonia Sanahuja encabeza el análisis de la llamada ´ciudad de ensueño´,  teniendo como punto de partida las ciencias de la comunicación. Fernando  Mondragón Heredia, Alexandro Arévalo y Elizabeth Citalán acompañan a Sanahuja  en este análisis (desde una mirada crítica) a un proyecto transversal que  floreció arquitectónicamente, pero fracasó en su intento de renovación social:  un escenario que se observa en muchas otras ciudades latinoamericanas. 
        ´La interdisciplina depende de cuán ´aceitadas´ estén las  políticas de financiamiento y la cooperación para la construcción de proyectos  de calidad, a la vez que se conforma una identidad propia y un modelo  productivo a largo plazo´, Diego Lingeri narra esta y otras realidades desde el  sur del continente, en su artículo “Apuntes para pensar la tradición  interdisciplinaria en Argentina. Lingeri inicia su recorrido en la década de  los sesentas hasta llegar a la actualidad, en un trayecto científico sin dejar  a un lado la esfera política.   
           
          Abriendo el diálogo desde una óptica internacional, Alan  Jiménez presenta “La importancia de la educación interdisciplinar y global en  un mundo (cada vez más) interdependiente”. Retomando postulados de la  Organización de las Naciones Unidas (ONU), Jiménez resalta a la educación como  una herramienta de desarrollo para las naciones del mundo, una educación  transdisciplinar que no se fundamente en dogmas ni verdades absolutas, sino en  un diálogo abierto y nutrido entre disciplinas. 
           
        Para concluir este número, Rommelia Guzmán escribe: “De  la interdisciplinariedad a la transdisciplinariedad en el estudio de las  relaciones internacionales”. En este texto Guzmán hace una revisión histórica  de los estudios internacionales, amalgamándolos con el surgimiento y desarrollo  de las relaciones internaciones como disciplina científica, en el marco de los  primeros cien años del origen de su estudio. Una disciplina que nace a partir  de la interacción de otras, y que ha tenido que adaptarse a un entorno global  cada vez más cambiante e interdependiente. 
      Estas líneas se construyen con la premisa de  seguir abriendo el diálogo, en un entorno en donde el autoritarismo (no sólo de  gobiernos, sino también de empresas) toma mayor fuerza ante escenarios de  incertidumbre, miedo y desolación. No nos queda más que seguir dialogando entre  comunicólogos, internacionalistas (como lo hacemos en este número), sociólogos  y economistas, pero también abrir este intercambio a otras ciencias e incluso a  otras latitudes fuera de Latinoamérica. |