Revista Argentina de Humanidades y Ciencias Sociales |
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Volumen 3, nº 1 (2005) |
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Tipologías y sentidos del tatuaje |
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por María de las Mercedes Basualdo | ||||||||||
Licenciada en Comunicación Social por Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. Facultad de |
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Resumen | ||||||||||
Cuando salimos al campo nos encontramos con marcas muy disímiles y provocativas, donde la impresión era que querían exteriorizar sus historias. A través de entrevistas y conversaciones ocasionales nos encontramos con una topología callejera donde los sujetos significan desde el momento de la práctica y el lugar en el cuerpo. Su identidad se va modelando como un artesano modela su pieza. Esta huella, su exhibición, su historia, su carga emocional se involucran en las distintas relaciones que el sujeto entabla en su vida cotidiana y de esta manera produce sentidos. Según la marca mostrada aparece la lucha entre lo aceptado y lo prohibido, entre lo establecido y condenado, entre su identidad virtual y su identidad social. |
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Title | ||||||||||
Typology and sense from the tattoo | ||||||||||
Abstract | ||||||||||
When we went “in situ” we founded very different and provocative marks, where the impression was that they wanted to reveal their stories. Through the interviews and occasional conversations we founded a street’s typology where the person takes significance since the practice’s moment and the place, in the body. Your identity takes form like an artisan model his piece of work. This mark, its exhibitions, its story, its emotional obligations are involve in the different relationships that the persons strike up in their daily life and in this way its produce sense. According to the show mark appears the fight between the accepted and the forbidden, between the establishment and the condemned, between its virtual identity and the social identity. |
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Palabras clave | ||||||||||
Tatuaje. Práctica cultural. Crítica cultural. Identidad. Producción de sentido. | ||||||||||
Key words |
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Tatoo. Cultural practice. Cultural criticism. Identity. Sense production. Tattooed skin. | ||||||||||
Texto | ||||||||||
Para abordar el tema y acercarnos al objeto de estudio comenzamos con una etapa exploratoria, lo cual nos permitió acceder a la tipología “callejera” del tatuaje, es decir, desde la visión de los actores. De esta manera tenemos: tatuaje convencional, el tatuaje “tumbero” y los denominados “escrachos”. Al salir al campo nos encontramos con diferentes expresiones relacionadas con la práctica del tatuaje. Como primera instancia, señalamos las dos grandes tipologías: tatuajes tumberos y tatuajes convencionales o estéticamente agradables a la vista. Los primeros son frecuentes dentro de instituciones carcelarias o reformatorios, se los denomina tumberos porque esos lugares son considerados tumbas donde el sujeto permanece encerrado, privado de la libertad, con restricción horaria, dividido en pabellones y en habitáculos con poca luz. También utilizan esta práctica los grupos juveniles de barrios marginales, ya que es de menor costo y con elementos caseros, aunque los riesgos de infección y transmisión de enfermedades están a la orden del día. Estos son los denominados “escrachos”. Cuando nos interiorizamos en el tema, encontramos diferencias que se desprendían de la práctica. Esta práctica se lleva a cabo uniendo varias agujas, atadas con un hilo, las cuales son embebidas en tinta china. Consiste en marcar punto por punto sobre la piel hasta formar un dibujo o la inscripción de un nombre, la punta punzante debe penetrar la epidermis con el fin de fijar la tinta. Estos tatuajes de pobre realización se caracterizan por ser de líneas gruesas, color azulado y diseños rústicos. Los tatuajes carcelarios poseen un código significativo muy amplio, por ejemplo, según el dibujo se puede distinguir a un gay, a un delincuente peligroso, a un asesino, al que roba. Estos trabajos precarios tienen otra vertiente, son códigos carcelarios compartidos con el individuo de la calle como por ejemplo: una serpiente enroscada en una daga, o un lunar, o una gota significan muerte a la “yuta” o “rati”, es decir, a la policía, los cinco puntos realizados generalmente en la mano, entre el dedo índice y el pulgar, están distribuidos de tal manera que un punto siempre queda en el medio de los otros cuatro, lo cual significa que un policía esta rodeado por cuatro ladrones. Este significado cambia cuando la persona que posee esta marca va presa, dentro de la institución policial significa que el ladrón esta rodeado por cuatro uniformados. Uno de los entrevistados nos comento que lo que él tenia tatuado no era tumbero, era escracho, porque, si bien utiliza la misma tecnica que los tumberos, estos ultimos se realizan fuera de la carcel. Generalmente quienes se marcan la piel con estas tecnicas se tatúan los nombres de las personas mas queridas o inscripciones relacionadas con la religión. Actualmente la técnica de las agujas, la marca punto por punto, ha caído en desuso, lo que se utiliza son máquinas caseras. Con diseños precarios marcan a las personas de tal manera que quien les ve piensa que ese individuo algo hizo, esta clase de marcas tienen una carga muy fuerte para las personas que las tienen impresas, de esta manera producen un determinado sentido diferenciándose del resto de los sujetos. Los tatuajes convencionales o estéticamente delicados o artísticos, agradables a la vista, llamativos, son marcas con historias milenarias. Esta práctica, en nuestro país debe tener más de 20 años de vida, pero en ese momento su consumo no era tan masivo. Con el transcurrir del tiempo las personas se han empezado a decorar el cuerpo más asiduamente, lo cual a ayudado al crecimiento comercial del tatuaje
En este campo de la moda, varios elementos permanecen en pugna hasta que uno de ellos resurge como legitimo para que se produzca dicha imposición, debe ser un objeto que distinga.
Si tenemos en cuenta lo anteriormente mencionado, desde la visión de Bourdieu, esta práctica llevada a las pasarelas sería una estrategia de conservación, es decir, una práctica milenaria utilizada para sacar provecho de su capital acumulado. Desde lo dominante, la tradición del tatuaje, su práctica, es legitimada a través de la moda, donde la distinción es la regla que configura su continua creación. Como dice el autor, hay que entrar en el campo sabiendo qué es lo que se juega. El modisto Jean-Paul Gaultier, en el momento en que implementó la ropa con tatuajes, sabía cuál era el juego y adonde apuntar con su estilo: Estas luchas en un mismo campo son revoluciones parciales, las cuales llevan a la inestabilidad de su periodicidad. De esta manera toda marca de distinción, cae en el pasado y se vuelve a imponer otra. En el juego de la moda, los elementos en pugna se resignifican, se imponen, caen en desuso, y otros elementos se vuelven a imponer, y así. Por eso surgen vestuarios por temporada donde se busca la distinción, por lo cual no es casual que la práctica del tatuaje se haya asomado en primavera haciendo explosión en el verano, donde, por lo general, los sujetos andan con poca vestimenta o con ninguna. El juego se relaciona con el poder simbólico de los sujetos implicados en el campo y con sus hábitos, como dice este Bourdieu, es decir, con las estrategias de producción de esta clase de modas y sus relaciones con la implementación de dicha práctica. En el juego participan marcas publicitarias que se diferencian y asimilan con la marca del tatuaje. Ambas son marcas de reconocimiento, de distinción, pero la de la publicidad responde a un mercado, económicamente hablando, y es exterior al sujeto. Es decir, la marca de la publicidad juega como valor simbólico del producto. La marca sobre la piel es aplicada sobre el sujeto, quien se convierte en portador de la misma cuya información e intención sólo él conoce. Tambien responde a un mercado pero se relaciona con el interior de quien porta la marca. Lo cual, desde la visibilidad, esta marca sobre la piel difiere de la información social que despliega el sujeto.
La incorporación del tatuaje a la vida cotidiana parece producir una cierta resistencia por parte de quien observa. El desorden en la cultura ya establecida, como si estuviera normada, aparece, entre otras cosas, con esta experiencia del cuerpo marcado. Este es uno de los factores que contribuyen, aparentemente, a hacer tambalear el orden establecido.
La práctica del tatuaje forma parte de nuestra cultura desde el momento en que es incorporada a la vida cotidiana del sujeto. Esto teniendo en cuenta el significado antropológico de cultura, la cual se caracteriza por todas las acciones, prácticas y actividades que realiza el hombre en la vida cotidiana.
Los sujetos que inscriben en su piel esta clase de marcas poseen varias razones para llevarlas a cabo como por ejemplo una cuestión de moda, una cuestión estética, por gustos, etc. Aquí entran a jugar la percepción y los intereses que tienen los sujetos para llevar a cabo esta práctica como por ejemplo el Mago Fornnes y el artista plástico Alfredo Portillos, el primero lo realiza porque quiere inscribirse en el Guinness, como el hombre mas tatuado de Argentina (dice que el mas tatuado del mundo tiene 1500) y el segundo, porque esta decorando su cuerpo con ilustraciones de grandes artistas mundiales para que después de su muerte, fragmentos de su piel sean subastados como obra de arte para beneficio de UNICEF y enfermos de SIDA . Las razones personales de los sujetos involucrados en la práctica inciden fuertemente en la marca sobre el cuerpo, de esta manera, estas ilustraciones poseen un significado para quienes las incorporan en su vida y para quienes las perciben.
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Referencias | ||||||||||
1. Nachon, Andi; Sasturain, Diego. El libro del tatuaje. Buenos Aires: Need, 1997. Volver al texto |
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2. La marca sobre el cuerpo tiene su historia en la Polinesia, Japón, China, entre otras culturas. En 1991 se encontró una momia egipcia cuyo vientre estaba marcado. Este tatuaje se descifró como signo de la fertilidad. De todas maneras, las marcas en la piel ya eran practicadas entre marineros y presidiarios. Faucoult en Vigilar y castigar, al referirse a los reincidentes en el delito, dice “... según la ley Floreal del siglo X, debían ser marcados con la letra r.”. Volver al texto |
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3. Bourdieu, Pierre: “Alta costura y alta cultura”. En: Sociología y cultura. México: Grijalbo, 1990. Volver al texto |
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4. Goffman, Erving. Estigma: la identidad deteriorada. Buenos Aires: Amorrortu, 1995. La práctica del tatuaje tiene una larga tradición cuya marca se ha transmitido de generación en generación, aún en nuestro país. Actualmente esta práctica se ha vuelto masiva. En China hay un fuerte lazo de herencia, por ejemplo en la mafia, donde el individuo antes de nacer ya tiene diseñada una marca que debe llevar impresa por el resto de su vida. Volver al texto |
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5. Williams, R. Marxismo y literatura. Barcelona: Península [1977], 1980. capítulo ll: 8. Dominante, Residual y emergente. Volver al texto |
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6. Le Breton, David. Antropología del cuerpo y modernidad. Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión, 1995. Volver al texto |
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7. Le Breton dice: “El hombre bien encarnado (en el sentido simbólico) es un campo de fuerzas poderosas de acción sobre el mundo y esta siempre disponible para ser influenciado por este”, p. 33. Volver al texto |
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8. Esto es como el mate criollo. A través de las migraciones que sufre el país esta práctica se ha ido incorporando en otras partes del mundo, como también en nuestro país hay sujetos que no participan de la misma. Volver al texto |
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9. A raíz de ocultar el estigma Goffman dice: “la incertidumbre del estigmatizado surge no solo porque ignora en qué categoría será ubicado, sino también, si la ubicación lo favorece, porque sabe que en su fuero interno los demás pueden definirlo en función de su estigma”. En el tatuaje, esto último es según la marca que cada sujeto decide hacerse, porque hay imágenes que son de consumo masivo como por ejemplo: la rosa, el delfín, la calavera, etc. y a veces no tienen ninguna particularidad para distinguirlos. Volver al texto |
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10. Con respecto de la identidad social virtual, el autor dice “a las demandas que formulamos se las podría denominar con mayor propiedad demandas enunciadas “en esencia, y el carácter que atribuimos al individuo debería considerarse como una imputación hecha con una mirada retrospectiva en potencia”. La identidad social real: “La categoría y los atributos que... según puede demostrarse, le pertenecen se denominaran su identidad social real” (p. 12). Volver al texto |
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11. Foucault dice: “Inscríbanse una serie entera de ilegalísmo en unas luchas en las que se sabe que se afronta a la vez la ley y la clase que la impuso” (p. 279). Volver al texto |
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12, Goffman dice: ”... se ofrecen como modelos vividos de una realización plenamente normal; son héroes de la adaptación, merecedores de recompensas públicas por haber demostrado que un individuo de esa especie puede ser una buena persona”(p. 36) “las personas que tienen un estigma aceptado suministran un modelo de “normalización”, mostrando hasta donde pueden llegar los normales cuando tratan a un individuo estigmatizado como si no lo fuera” (p. 44). Volver al texto |
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