Pensando el vínculo tutor-tesista en los procesos de tesis: aproximaciones conceptuales a una sinergia tutorial 
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        por  
        Mariela Arismendi | 
    
     
      Universidad Nacional de Litoral (UNL) y Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER) mariaris3@hotmail.com    
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      | Solange Gava | 
    
    
      | Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER) gavasolange@hotmail.com  | 
    
    
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      | Lucas Maggiolini  | 
    
    
      | Universidad Tecnológica Nacional (UTN). Facultad Regional Paraná (FRP) Ing.maggiolini@gmail.com | 
    
    
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      | Milton Martin  | 
    
    
      | Universidad Tecnológica Nacional (UTN) miltontm@gmail.com | 
    
    
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      |  Elisa Sarrot | 
    
    
      | Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) elisarrot@yahoo.com.ar  | 
    
     
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      Resumen | 
    
    
      El artículo propone encontrar, en las singularidades de los procesos de producción  de Trabajos Finales o Tesis, algunas invariantes estructurales que colaboren a  reflexionar sobre el vínculo tutor-tesista como objeto de estudio.  
Muestra los resultados,  provisorios, de una conceptualización interdisciplinar referida a dicho  vínculo, concebido como sistema abierto y complejo.  
Este primer tramo,  resulta necesario para lograr en futuros trabajos mayores precisiones teóricas  y evidencias empíricas acerca del tema, que posibiliten diseñar un sistema de  sinergia tutorial.        | 
    
    
      | Palabras clave | 
    
    
      | Procesos de producción de tesis, vínculo tutor-tesista, sinergia tutorial. | 
    
    
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      | Thinking the tutor-student link in the process of a thesis:  conceptual approach to a tutorial synergy | 
    
    
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      Abstract | 
    
    
      This article proposes finding, in the singularities of the processes of  producing Theses or Final Works, some structural invariants that help thinking on  the tutor-student link as a study object. It also shows preliminary results of  an interdisciplinary conceptualization referred to that link, conceived as an  open and complex system. This first stage appears as necessary to achieve  greater theoretical precisions and empirical evidences on this topic, which  make possible the design of a tutorial synergy system.  | 
    
    
      | Keywords | 
    
    
      | Processes of thesis production, Tutor-student link,  tutorial synergy. | 
    
    
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      Para citar este artículo: Rev. Arg. Hum. Cienc. Soc. 2016; 14(1). Disponible en internet:  
      http://www.sai.com.ar/metodologia/rahycs/rahycs_v14_n1_03.htm  | 
    
    
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      1. Introducción | 
    
     
      En Propuestas integrales Tres T [T]: herramientas integrales para el  acompañamiento de tesistas (s/f) Coria y Massuco consideran que el proceso  de acompañamiento tutorial no es lineal, sino que se constituye en diálogo  interactivo (interacción colaborativa) entre tutor, tesista y otros actores,  (tutoría en equipo interdisciplinario y diálogo del tesista con los propios  pares) contextualizado en tiempo y espacio (influyendo también los contextos  institucionales, familiares y laborales), donde la adaptación y la  improvisación juegan un importante papel. Para las autoras, algunos  orientadores abiertos elaborados por el tutor, facilitan la producción autónoma  y crítica del tesista, quien tomará las decisiones a partir de las  interpelaciones del tutor, realizadas desde la lógica de la interrogación. 
                  Si bien acordamos en  que el tutor acompaña desde la pregunta y la interpelación, también es cierto  que estructura. Entonces, “improvisación / estructuración” del proceso,  deberían jugar como pares tensos, en una regulación de sinergia que más abajo  proponemos, en acuerdo con las necesidades del tesista, su personalidad, su  historia previa, sus miedos y fantasmas, su autoestima, en lo que tendrá que ver  seguramente lo contextual. 
                  Consideramos que los  procesos de producción de Trabajos Finales o Tesis constituyen tramos de  trayectorias subjetivas, inter subjetivas, contextualizadas, y por tanto,  únicas en su singularidad. No obstante, nos proponemos encontrar, en estas  singularidades, algunas invariantes estructurales que colaboren a reflexionar  sobre el vínculo tutor-tesista como objeto de estudio.  
      La composición  particular del grupo autor –ingeniería, bioquímica, psicología y ciencias de la  educación- posibilitó un debate interdisciplinar, cuyos frutos –en este momento  referidos a algunas primeras conceptualizaciones alrededor del tema, aún no del  todo maduras- intentamos plasmar en el presente artículo, como trazos de una  construcción nueva, en marcha hacia mayores precisiones. El pensar el vínculo  tutor tesista desde diferentes disciplinas en los procesos de producción de  conocimiento, nos invita a continuar hacia subsiguientes procesos de discusión  que ojalá podamos también escribir en un futuro no tan lejano.  | 
    
     
      
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      2. Justificación ¿Por qué  abrir un camino de conceptualización en el tema? | 
    
    
      En este artículo,  sistematizamos los resultados de un recorrido conceptual hacia un sistema de sinergia tutorial. Las precisiones  que alcancemos iluminarán luego otras búsquedas teóricas y mayores precisiones  metodológicas para el trabajo del tutor y para la comprensión de los procesos  de tesis. 
      El por qué está dado,  entre otros disparadores, por considerar que este campo de conocimiento está en  construcción, pero con algunos énfasis en otras cuestiones relacionadas con la  producción de tesis, que muestran la orfandad de conocimiento acerca del  vínculo tutor-tesista, dimensión en la que intentamos aportar, independientemente del  nivel en el cual se produzca el trabajo de tesis (grado o posgrado). | 
    
    
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      3. Antecedentes | 
    
    
      La dificultad en la  elaboración de las tesis ha sido de tanta repercusión que se ha denominado a  esta situación Síndrome TMT (Todo Menos Tesis) o en inglés ABD (All But  Dissertation). Incluso vienen organizándose, desde junio de 2003, en la  Provincia de Buenos Aires los simposios virtuales y congresos denominados “Las  tres T” (Tesis, Tesistas, Tutores) donde el objetivo es compartir avances desde  propuestas de solución al problema. 
         
Múltiples explicaciones han sido elaboradas. Entre ellas que la tesis,  constituye un aprendizaje de prácticas y procedimientos complejos,  caracterizado por un pasaje de la hetero a la autorregulación[1],  como proceso de adentramiento a una nueva cultura, la investigativa[2].  También se afirma que, como todo aprendizaje de tamaña envergadura, se requiere  no sólo un compromiso personal del aprendiz sino un soporte externo  (institucional y también corporeizado en la experiencia y dedicación del  director de tesis) que andamie el proceso[3].  
 
Citar la cantidad de  estudios sobre los procesos de tesis sería muy extenso. Aquí deviene relevante,  en esta múltiple producción, resaltar que poco se dice sobre la relación  establecida entre tutor y tesista como un factor diferente a analizar.  Encontramos sin embargo, en esta orfandad, que Carrullo considera la relación tutor (asesor)-tutorando (asesorado) como fundamental en  el proceso de elaboración de trabajos de investigación[4]. 
 
En general los  estudiantes eligen al tutor a partir de su prestigio y autoridad académica[5],  sin embargo hay otras características que son importantes en un tutor. Morillo manifiesta que el asesor debe considerar al asesorado como un adulto, esperando  su compromiso activo y respetando su ritmo de aprendizaje[6]. Cejas menciona que en cada etapa del proceso de la elaboración de un trabajo de grado  se requiere compromiso mutuo y la necesidad de establecer acuerdos para evitar  malos entendidos[7]. 
 
Además, el tutor debe  tener una actitud abierta, tolerando a personas y grupos con valores o actitudes  diferentes, esto asegura una relación armónica entre las personas que  interactúan en el proceso (co-tutores, etc.), facilitando que el asesorado  supere sus bloqueos o limitaciones[8].  Es imprescindible una actitud amistosa, atenta, interesada, que se refleje en  sus gestos y manera de hablar, logrando disminuir la ansiedad del estudiante,  para que se sienta cómodo y seguro en la relación. Esto se logra con la  suficiente empatía para comprender cómo se siente el otro y qué necesita, según  Ayala esto debe ser comunicado al asesorado para que se sienta “significativo y  auxiliado por el asesor”[9]. 
 
Otra habilidad  mencionada por Morillo es la de escuchar[10]. El estudiante puede captar si el tutor comprendió su  solicitud y esto afectará su motivación en el proceso. Muchas veces el tesista  no sabe expresar su necesidad precisa de ayuda. En estos casos, si el tutor es  atento y empático puede captar y devolver la ayuda adecuada. Aquí el autor  menciona además, que el tutor debe ser consciente de sus limitaciones, ser honesto,  cuando el requerimiento excede sus capacidades o conocimientos y poder orientar  la consulta a otros colegas o espacios que puedan ayudarle. 
 
En este sentido, Tobón se refiere a la importancia de que el tutor desarrolle competencias  relacionadas con una formación humana  integral que le permita interactuar consigo mismo, los demás y el contexto  ecológico, es decir, que desarrolle competencias  de afecto y empatía con su tutorando y establezca relaciones  adecuadas con el contexto académico[11]. 
Vera y Vera citan a Rodríguez et al (2008) para mencionar las condiciones personales del  tutor, las cuales tienen que ver con poder desarrollar seguridad en el  estudiante y confianza en sí mismo, además el tutor tiene en cuenta la  enseñanza de los procesos de empatía y comunicación, para que tanto él como el  alumno puedan lograr las interacciones más adecuadas para desarrollar su  trabajo. 
 
Ayala refiere a errores en el proceso de tutoría[13]. Dice que el tutor puede caer en  la tentación de persuadir al estudiante y limitarse a sólo darle información, y  que esa no es su labor, ya que de esta manera se coarta la creatividad e  iniciativa del alumno y se limita su autonomía intelectual. Se trata más bien  de trabajar en equipo, guiar a partir de un acuerdo o afinidad de posiciones. A  propósito, Carrullo indica que el asesor debe discutir con el asesorado los procedimientos,  estrategias, instrumentos, mostrando ambos una actitud crítica y de humildad,  para entenderse a través de una comunicación fluida[14]. 
 
Esta actitud de facilitar  todo bajando línea de lo que hay que hacer, no contribuye a formar un futuro  investigador que piense por sí mismo, construyendo conocimientos propios, sino  que puede desarrollar hábitos indeseables (comodidad, facilismo); se recomienda  entonces, facilitar lecturas, ejercicios, para que el estudiante ubique la  información y estudie pensando en su problema de investigación, logrando  mejorar sus métodos de trabajo, adoptar hábitos de lectura de artículos  científicos, etc.[15].  
 
Hidalgo y Pasarella afirman que por más intelectualmente formados, afectivamente equilibrados y  prácticamente accesibles que se muestren los directores, las necesidades de los  tesistas muchas veces sobrepasan a lo que los directores por sí solos pueden  ofrecerles, debido a las excesivas expectativas que el estudiante deposita en ellos[16].  En este sentido lo que sugieren es que se organicen estructuras académicas  de apoyo que no dejen el proceso librado a la relación  director-alumno, sino que complementen sus esfuerzos. 
        En este complejo panorama,  y sin desconocer la importancia de otros factores ya señalados en estudios  previos sobre el tema de los procesos de tesis, nuestro esfuerzo  conceptualizador se centra en el vínculo tutor-tesista. | 
    
    
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      4. Meta reflexiones previas | 
    
    
      Indagando la epigénesis  de nuestro propósito, en primer lugar es válido consignar que somos  profesionales de distintas disciplinas que nos conocimos en un Curso taller de formación  de tutores y directores[17] y esto marca indubitablemente nuestro afán por ser mejores tutores y directores  de trabajos de grado o posgrado. 
         
        En segundo lugar, la  procedencia disciplinar de cada uno de nosotros indica que, a pesar de las  distintas especialidades, el rol de tutor nos interpela de la misma manera. 
         
        Así, tomamos la  propuesta de Toulmin de estudiar  los conceptos y cómo estos se relacionan con nuestros objetos de estudio[18]. Al  proponernos como objeto de estudio el vínculo tutor-tesista, aceptamos la  invitación de este autor de construir un “auto-retrato epistémico”, tomando a  los conceptos ya no como “de cada una de nuestras disciplinas” sino “de nuestra  cognición colectiva”, y dimos rienda suelta a la conjugación de conceptos  provenientes de nuestras trayectorias y formaciones profesionales, para  potenciar la mirada de aquel vínculo. 
         
        Pudimos entonces  identificar una población de conceptos, que se gestó en nuestras lecturas e  intercambios grupales, y que, aunque pueden enumerarse uno a uno —sinergia,  entropía, motivación, vínculo, catalizador— no nos detuvimos en ello, sino que  avanzamos hacia su puesta en relación, para empezar a tejer una plataforma desde  la cual mirar el vínculo tutor-tesista en los procesos de producción de  conocimiento. 
         
        El sistema que  estudiamos es complejo, y esto, en palabras de Funtowicz y Raverz significa que nos movemos “[...] hacia una ciencia cuya base es la  impredictibilidad, el control incompleto y una pluralidad de perspectivas  legítimas”[19]. Pero también, en ese “diálogo exploratorio tendiente a la  resolución de problemas” en palabras de estos autores, “[...] la incertidumbre  no desaparece sino que se la maneja, y los valores no se presuponen sino que se  explicitan [...]”, y como estamos entonces condenados a la incertidumbre,  debemos apuntar a un buen manejo de ellas. El ya mencionado par tenso  improvisación/estructuración del proceso por parte del tutor, es una  incertidumbre de fondo. 
        Como afirma Bloor: “todo conocimiento es relativo a la situación local de los pensadores que lo  producen...” y es por eso que nos pareció importante aclarar esta epigénesis de  la producción que plasmamos aquí, con el afán de construir conjeturas, aún  sobre otras conjeturas[20]. | 
    
    
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      5. Hacia un sistema de  sinergia tutorial | 
    
    
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      | 5.1 De qué sistema estamos  hablando | 
    
    
      Al pensar en un  sistema, despejamos el tipo de sistema que estuvo presente en nuestras  discusiones, y que enmarcará nuestras conclusiones provisorias. Dice Rolando  García[21] que el concepto de sistema y de análisis sistémico que puede servir a las  ciencias sociales no es el de modelo insumo-producto, representable por un conjunto  de flujos entre entradas y salidas graficadas como cajas. Solo son susceptibles  de ser concebidos así los sistemas descomponibles.  
         
        El sistema de sinergia  tutorial en el que estamos pensando es un sistema complejo en la terminología  de García[22], y por tanto  no descomponible. La característica doble que tiene, según el autor, un sistema  complejo, a saber: a) estar integrado por elementos heterogéneos en permanente  interacción, y b) ser abierto —es decir, en interacción con el medio  circundante— nos brinda categorías muy apropiadas para estudiar el vínculo  tutor-tesista. 
         
        Las interacciones con  el medio circundante de las que habla García “[...] pueden consistir en intercambios de materia y energía, en flujos de  recursos o de información o en la acción de ciertas políticas... ”[23]. 
         
        A su vez Bertalanffy al postular su Teoría General de Sistemas, se pregunta cómo un sistema que está  lejos de una situación de equilibrio termodinámico puede permanecer en  condiciones estacionarias y en constante intercambio de materia y energía con  el medio exterior[24]. La termodinámica de los procesos irreversibles, sobre  todo con los aportes de Prigogyne, colabora a responder ese interrogante.  García[25] equipara la pregunta de Bertalanffy a la de Piaget, cuando este último, en “El desarrollo  mental en el niño”, se interroga cómo es posible que a partir de la  ‘incoherencia infantil’ el adulto normal maneje finalmente una lógica que  permanecerá estable. 
         
        Con estos autores hemos  iluminado bastante nuestro camino de conjeturar acerca del vínculo que nos  interesa. 
        Ahora bien, y en pos de  ejercer vigilancia epistemológica sobre nuestra propuesta, hemos tomado como  bandera la pregunta de Bertalanffy[26]:  La Teoría General de Sistemas ¿no será “un símil fisicalista, inaplicable a los  fenómenos psíquicos que, como tales, contienen muchas veces variables que no  pueden ser definidas cuantitativamente? y por tanto, ¿no será un modelo que no  puede obtener valor explicativo? 
        Otros aportes que nos  brindan los teóricos de la complejidad, colaboraron a calmar las aguas en este  sentido.       | 
    
    
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      | 5.2. El intercambio, el  equilibrio, el desorden, la energía y la sinergia, en el vínculo tutor-tesista. | 
    
    
      Potencia nuestra mirada  del vínculo tutor-tesista esta idea de concebirlo como un sistema abierto,  compuesto a su vez por subsistemas, pero que no es simplemente la adición de  las propiedades de ellos, sistema que tiene una estructura determinada por las relaciones entre sus elementos, no por los elementos mismos, y la  noción de que estas relaciones constituyen vínculos dinámicos que fluctúan  de manera permanente y, eventualmente, se modifican de forma sustancial dando  lugar a una nueva estructura. 
         
        Pensamos que el trabajo  que inician y desarrollan tutor y tesista en pos de finalizar un trabajo de  tesis, es un proceso fuera del estado de equilibrio, que atraviesa estados de  equilibrio dinámico entendidos por Prigogyne como ‘transformaciones estables’ y  por Piaget como ‘transformaciones reversibles’. García aporta que estas  transformaciones presentan mecanismos “capaces de compensar las perturbaciones”[27]  y así el proceso parece regirse por una ‘ley de estabilización gradual’. 
         
        Entonces, en el  análisis del vínculo tutor-tesista como sistema compuesto de subsistemas, las  relaciones que deberían entrar en juego son las que vinculan a estos dos subsistemas, en el marco de otro subsistema de  incidencia que es la institución, inserta a su vez en la sociedad más amplia.  Como propone García[27] es preciso —y más en el estado incipiente de nuestra discusión hacia una  conceptualización del vínculo tutor-tesista—, construir un modelo simplificado  del sector de la realidad a estudiar, considerando a cualquier otro elemento  como externo al sistema. Dentro del modelo esta vez, incluimos el vínculo  tutor-tesista, y artificialmente quedarían fuera los subsistemas institución y  contexto, como también otros. Se trata, como dice García,  de una “división metodológica inescapable”[28], no obstante la cual, esos  factores que quedarán “fuera” de nuestro foco, se tratarán como flujos a través de los límites del sistema construido.  
        Esto podría significar que  al focalizar por ejemplo en la conducción de la energía que el tutor realice en  el proceso de producción de la tesis, sin duda estarán atravesando su función  las cuestiones del entorno institucional y social, su propia formación previa,  su trayectoria, su propia experiencia como tesista en otro momento de su  historia vital, etc. (en palabras de García, ‘condiciones de contorno’).       | 
    
    
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      | 5.3. Estableciendo nexos al  interior de nuestra población de conceptos | 
    
    
      Hemos caracterizado al  sistema de sinergia tutorial como sistema abierto, y todo sistema abierto,  según García “evoluciona  en continua interacción con el medio externo y se auto-organiza adoptando  formas de organización con estructuras que le permiten mantenerse en un cierto  equilibrio dinámico con las condiciones de contorno”[29]. 
         
        Dos estudios previos, en  el panorama de antecedentes que juzgamos escasos, sobre la función del tutor,  mencionan: 
        
          - la asesoría académica, socialización académica y apoyo práctico[30];
 
          - la formación en investigación, la formación profesional, la docencia,  la socialización, el entrenamiento, la consejería académica y el rol de  patrocinador[31]
 
         
        Pero en estos dos  trabajos también se agrega una función que nos interesa particularmente, la de  “apoyo psicosocial”[32] y “apoyo social y psicológico”[33].  Ambas aluden al tutor como protagonista de lo que nos interesa en este  artículo: la dinamización y conducción de la energía que potencia el vínculo,  en el mentado juego entre estructuración e improvisación. 
          Los autores refieren  con este apoyo que podemos denominar sintéticamente “psi”, a las acciones de  sostén del alumno, al favorecimiento de un ambiente de confianza, cercanía e  interés, al manejo de las crisis y desconciertos, al incentivo y orientación;  en síntesis, a los aspectos emocionales y afectivos, apuntando a diluir la  dicotomía cognición/afecto. 
        Este apoyo “psi” nos  parece que puede relacionarse a la conducción de la energía en el vínculo que  se establece entre tutor y tesista en el proceso de producción de una tesis.  Aunque la gestión energética abarque más que aquél. 
        En este camino emerge el  concepto de sinergia que está dando  nombre a nuestra propuesta, pero que fue y está siendo puesto en tensión,  acorralado, profundizado, relacionado, en este intento de aportar claridad a la  mirada del vínculo tutor tesista como objeto de estudio. | 
    
    
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      | 5.3.1. Lo sinérgico del  vínculo tutor-tesista | 
    
    
      Buckminster Fuller en su libro Synergetics: explorations in the geometry of thinking (1975)  plantea el término sinergética como  la investigación empírica de sistemas en la transformación, con un énfasis en  el comportamiento del sistema total, no predecible por el comportamiento de  cualquier componente aislado. Es decir que ya consideraba que la suma de las  partes es más que la mera suma algebraica, pues habla de transformación  mediante la interacción. 
         
        La sinergia se  relaciona con la entropía —del griego “entrope” (transformación o vuelta)—  y es comúnmente utilizado para describir un proceso mediante el cual un sistema  tiende a consumirse o morir. Este principio se basa en la segunda ley de la  termodinámica, la cual plantea que la pérdida de la organización de los  sistemas aislados, entendidos como sistemas que no tienen intercambio de  energía consumida, los lleva a la degradación, degeneración y desintegración. 
         
        Otra interpretación más  amplia del término entropía es la que reconoceremos aquí, la cual es la  tendencia natural de un sistema a caer en un estado de desorden.  
         
        Así definida la  entropía ocurre en sistemas cerrados. En los sistemas abiertos la entropía es  combatida explotando los flujos del sistema desde y hacia el ambiente,  generándose negaentropia (entropía negativa).  
         
        García dice que el funcionamiento del sistema total ejerce una acción de organización  sobre sus subsistemas[34]. Esta acción de la totalidad sobre las partes “...se  pone de manifiesto tanto en los mecanismos homeostáticos que mantienen un  sistema en estado estacionario, como en los procesos de reorganización que  conducen a la formación de nuevas estructuras estabilizadas” (interacción  dialéctica entre el todo y las partes). 
         
        Podemos decir entonces  que todo sistema, independientemente de cual sea, tiende a la entropía.  
         
        La estructura de un  sistema abierto fluctúa en la medida que sus interacciones fluctúan, y lo hacen  también con aquellas condiciones de contorno que en nuestro modelo, y por  razones metodológicas, dejamos afuera.   Esas fluctuaciones pueden ser a pequeña escala, y en ese caso producen  pequeños cambios que no afectan las relaciones fundamentales que definen la  estructura del sistema, pero también pueden exceder cierto límite, produciendo  disrupciones en esa estructura. 
         
        En este sentido, y  analizando puntualmente el sistema que para nosotros conforma la relación  tutor-tesista, sostenemos que, si bien quien puede reconocer esas fluctuaciones  y “manejarlas”, al estilo que Funtowicz se propone hacer con la incertidumbre,  es el tutor, también el tesista administra energía al participar de las  interacciones. Por eso la denominación de la propuesta va en esa dirección:  sinergia tutorial. 
         
        Entendemos a la sinergia, entonces, como el  proceso de administración/gestión/potenciación de fuerzas o energías que se  constituyen en ese todo diferente y mayor a la simple suma algebraica de las  partes que lo conforman. Una buena sinergia implicaría que los componentes del  sistema se involucran, entrecruzan y retroalimentan dinámicamente en el  proceso. Aunque el tutor predomine, o tenga más herramientas, en la labor de  administrar la energía, la misma circula implicando a los demás componentes.  Una correcta sinergia se daría cuando los diferentes componentes del sistema,  al actuar o avanzar, implican a los restantes. 
         
        La idea de sinergia  aplicada a la relación tutor-tesista se orienta hacia el hecho que ninguno de  los dos sería capaz de alcanzar el objetivo de la tesis por cuenta propia,  aunque ambos sean muy capaces individualmente. El resultado esperado solo puede  ser logrado trabajando en equipo, y principalmente si se orientan a una meta en  común. De aquí que la visión o meta debe ser compartida, donde se aprecia la  importancia de definir en conjunto los objetivos del trabajo.  
         
        Riquelme promueve la idea de sinergia en la educación, o sinergia pedagógica, poniendo  énfasis en la construcción colectiva[35]. En el proceso de tesis también, como  co-construcción que es, el desafío es lograr entre el tutor y el tesista  prácticas de intercambio que vayan más allá de la transmisión de conocimientos,  trascendiendo y superando la mera reproducción. 
        El concepto de Sinergia  Pedagógica entendida como el mutuo intercambio e influencia entre las  actividades de docencia, investigación, transferencia y extensión[36] podría extenderse a la relación Tutor-Tesis-Tesista ya que en la misma ocurren  tanto procesos de docencia, como de investigación, transferencia y hasta  extensión. Es entonces necesario que el tutor conozca las características del  tesista y viceversa. Este mutuo conocimiento les permite apreciar las  fortalezas y reconocer las debilidades del otro, como también saber claramente  cuándo se puede aportar y cuándo se debe pedir ayuda. Solo así se puede dar el  primer paso hacia la sinergia aplicada a la relación Tutor-Tesis-Tesista. | 
    
    
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      | 5.3.2. Los catalizadores  del vínculo tutor-tesista | 
    
    
      Volviendo a la función “psi” del tutor, como componente del sistema  complejo “vínculo tutor-tesista”, emerge el concepto de catalizador en las discusiones del grupo autor del presente  artículo. 
         
            Catálisis —término proveniente de la química— es un proceso por  el cual se aumenta la velocidad de una reacción química, debido a la  participación de una sustancia llamada catalizador. Los catalizadores pueden afectar favorablemente el entorno de la  reacción permitiendo que se lleven a cabo reacciones que de otro modo estarían  bloqueadas o se desarrollarían lentamente. Pero también pueden inhibir  reacciones cuando sea necesario. 
             
        Pensando específicamente en el vínculo tutor-tesista, y  revisando las funciones y roles que los estudios previos atribuyen al tutor,  encontramos el orientar al tesista y motivar en él el desafío del aprendizaje, que tendrá impacto no solo en el  propio proceso de elaboración de la tesis sino en la vida, ayudando  a crecer   profesional y personalmente mediante la reflexión rigurosa, la  autocrítica y la autoevaluación.  
         
        Generalmente, al comienzo de la tesis, se trata de una orientación  temática, que depende de los intereses previos y parcialmente compartidos entre  el director y el tesista. Depende también del entorno en el que se lleve a cabo  la investigación. Al ir avanzando, la orientación se va ampliando hacia los  múltiples aspectos del proceso de investigación, irradiando mucho más allá de la tutela de las actividades  relacionadas directamente con el trabajo de tesis y la defensa exitosa de la  misma.  
         
        Consideramos que un catalizador contundente en este sistema es la buena relación tutor tesista, la  creación de un clima de confianza y respeto mutuo. La relación irá  conformándose dinámicamente a medida que progresa la investigación.  Continuamente el  tutor proporciona  entrenamiento y ayuda, pero además potencia habilidades, genera confianza, y él  también vivencia que aprende.  
         
        Es habitual   también, que en algún momento de la relación aparezcan tensiones, tales  como sensación de mandato y de dependencia recíproca, problemas y malos  entendidos que no salen a la luz, necesidad de mayor independencia. No obstante  consideramos que muchas situaciones conflictivas que causan cierto grado de  tensión, pueden ser, de administrarse correctamente la energía en el vínculo,  altamente productivas. 
         
        Otro de los catalizadores que influyen en el trabajo del tesista es la satisfacción que pueda sentir en la  etapa de desarrollo de su investigación. Si siente el aporte del director en la  selección del tema de investigación, la orientación para una adecuada búsqueda  bibliográfica, la guía en la planificación del trabajo con objetivos posibles,  etc., las posibilidades de éxito son mayores.  
        Provisoriamente anticipamos algunas actitudes catalizadoras  (favorecedoras) en la relación tutor –tesista: 
        
          - Disponibilidad: seguimiento estrecho de las tareas del tesista durante  todo el  tiempo que dura la realización  de la tesis, por medio de la optimización del contenido, la frecuencia y la  duración de los contactos personales o a distancia. El contenido y frecuencia  podrá variar según el tipo de investigación, los requerimientos de la  disciplina, entre otros factores, pero el núcleo actitudinal es el “estar  dispuesto”. 
 
          - Reacción frente a los altibajos anímicos del tesista: es muy difícil que  quien está llevando adelante un trabajo final durante un período considerable  de tiempo, no atraviese algunas crisis anímicas o intelectuales. El flujo de  energía en esos casos estará en desorden o desequilibrio, y esto requerirá de  esfuerzos extra para gestionar su circulación. Es probable que en este aspecto,  los componentes de contorno tengan fuerte incidencia. 
 
          - -Acompañamiento  desde la pregunta y la interpelación: acerca de cuáles son los aspectos  principales que se deben cubrir en la investigación,  qué resultados son esperables, cómo se están contemplando los  plazos y normativas institucionales, etc.
 
         
      La relación tutor-tesista catalizada por el  respeto, la confianza y el cumplimiento de responsabilidades  mutuas, colaborará al logro de los objetivos  de este sistema.  | 
    
    
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      6. Algunas líneas finales  para no cerrar sino, por el contrario, abrir esta búsqueda | 
    
    
      El sistema complejo y abierto que hemos  comenzado a construir como objeto de estudio, contiene muchas más facetas de  las que en este artículo abordamos. Hemos cometido aparentes “reduccionismos”  por dos causas: una objetiva —la extensión de un artículo— y otra subjetiva: la  falta de maduración de algunas ideas, por ser un trabajo en  proceso. 
         
Lo que podemos retomar en estas líneas finales como  cuestiones en las que sí alcanzamos claridad reside en: 
        
          - que el vínculo director-tesista ha sido escasamente abordado en los  estudios sobre los procesos de tesis, y quienes lo abordan aluden a él como  relación en la que se ponen en juego diversas funciones/roles, entre ellas las de apoyo psicosocial.
 
          - que el marco de la Teoría General de Sistemas, y de los estudios de  Sistemas Complejos, resulta apto para abordar el vínculo en cuestión.
 
          - que los diálogos interdisciplinares entre ciencias más “duras” y  ciencias más “blandas” permiten la construcción de una población de conceptos  que hacen circular homologías potentes entre disciplinas.  
 
          - que vale el esfuerzo continuar profundizando en el entramado de los  conceptos de entropía, sinergia y catálisis, como categorías para echar luz  sobre este objeto de estudio, pero que seguramente necesitaremos de otras  conceptualizaciones y nexos para integrar el Sistema de Sinergia Tutorial. 
 
         
        La exigencia de vigilancia epistemológica, que  también debemos atender desde nuestro rol de tutores de tesis, en esta  producción se ha realizado con apoyo en construcciones teóricas validadas como  las de Bertalanffy, García, Funtowicz, Riquelme, entre otros autores. Para  nuestra tranquilidad intelectual, y aunque debamos apelar a citas demasiado  extensas, Rolando García nos dice que:  
           
            “La evolución de un sistema  abierto no constituye un proceso continuo o lineal. Procede por una sucesión de  reorganizaciones, cada una de las cuales conduce a un período de relativo equilibrio  dinámico durante el cual el sistema mantiene una estructura que fluctúa dentro  de ciertos límites. El hecho de que este tipo de evolución haya sido probada en  experiencias de laboratorio con sistemas físico-químicos y fisiológicos, ha  contribuido a que muchos científicos sociales rechacen la idea de que la teoría  es aplicable en sus dominios. [...] Sin embargo, [...] Marx, en la economía  política (...) y Piaget, en psicología (...), descubrieron la evolución  discontinua y no-lineal de los respectivos sistemas que estudiaron, mucho antes  de las actuales teorías que se originaron hace cincuenta años”[37]. 
         
        Por su parte Bertalanffynos aporta que“El paralelismo de concepciones  generales y aún leyes especiales entre diferentes campos es... consecuencia del  hecho de que se ocupen de ‘sistemas’ y de que ciertos principios generales se  apliquen a sistemas, sin importar su naturaleza[38]”. 
         
          Resulta también relevante su aporte del concepto de  homología. Al respecto se explaya en la diferencia entre las analogías superficiales o simulacra vitae,  las homologías, que se presentan “cuando  difieren los factores eficientes pero las leyes respectivas son formalmente  idénticas”[39], afirmando  que este recurso “no sólo permite el isomorfismo en la ciencia sino que, como  modelo conceptual, está en situación de dar instrucciones para la consideración  correcta y la eventual explicación de fenómenos”; y finalmente la explicación. Sostiene que las analogías  son científicamente inválidas, en cambio las homologías a menudo son valiosas  para proporcionar modelos, y efectuar traslados significativos entre modelos.  Es importante destacar que la homología entre características de sistemas, para  este autor, no es mera metáfora o analogía, sino correspondencia formal fundada  en la realidad. 
        Con la intención de  continuar en esta construcción conceptual, e ir otorgándole paulatinamente base  empírica, sistematizamos este avance, motivado en la invitación a publicar que  nos hizo generosamente la Dra. Coria en el Curso de Tutores.         | 
    
    
    
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      Referencias | 
    
    
    
       [1] Kozulin (2002); Styles y Radloff  (2000), citados en Carlino (2005)  
[2] Zeegers y Barron, citados en Ibidem  
[3] Love y Street (1998), citados en Reisin  Silvia, s/f  
[4] Carrullo (2007)  
[5] Morillo (2009)  
[6] Ibidem  
[7] Cejas (2005) citado por Morillo,  op.cit.  
[8] Morillo, op.cit.  
[9] Ayala (1999), citado por Ibidem, p. 826  
[10] Morillo, op.cit. 
[11] Tobón (2010)  
[12] Vera y Vera (2015)  
[13] Ayala (1999),  citado en Morillo, op.cit.  
[14] Carrullo, op.cit. 
[15] Morillo, op.cit.  
[16] Hidalgo y Pasarella (2009)  
[17] A cargo de las profesoras Kuky Coria y Beatriz Massuco,  ofrecido por la Especialización en Metodología de la Investigación de la  Facultad de Ciencias Económicas, UNER en el año 2015. 
[18] Toulmin (1977)  
[19] Funtowicz y Raverz (1993) p.11  
[20] Bloor (1998)  p. 235 
[21] García Rolando (2006)  
[22] Ibidem  
[23] Ibidem, p. 122  
[24] Bertalanffy (1989)  
[25] García, op.cit. p. 124  
[26] Bertalanffy, op.cit. p.109  
[27] García, op.cit. 
[28] Ibidem, p.128  
[29] Ibidem, p. 131  
[30] Fernández Fastuca  (2013)  
[31] De la Cruz Flores,  García Campos y Abreu Hernández (2006) 
[32] Fernández Fastuca, op.cit. 
[33] De la Cruz Flores, García Campos ...,  op.cit.  
[34] García, op.cit. p. 127  
[35] Riquelme (2009)  
[36] Riquelme, Langer y Herger (2011)  
[37] García, op.cit. p. 146  
[38] Bertalanffy, op.cit. p. 86 
[39] Ibidem p. 87  | 
    
    
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